Nace el PIB verde: un índice que mide la riqueza medioambiental

La conferencia, a la que asistirán 130 líderes mundiales, tendrá lugar en Río de Janeiro (Brasil) entre el 20 y el 22 de junio.

¿Hasta qué punto es un país lo suficientemente respetuoso con la naturaleza? El Índice de Enriquecimiento Inclusivo (IWI) o nuevo Producto Interno Bruto "verde", creado en el marco de la Cumbre Río+20 sobre desarrollo sostenible, mide la riqueza medioambiental de las naciones.

El director del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), Achim Steiner, señaló que este encuentro es "una oportunidad para abandonar el PIB como medida de prosperidad en el siglo XXI".

El nuevo índice presentado por la ONU busca lograr un acuerdo global para instaurar la llamada "economía verde", centrada en el desarrollo de las naciones sin que éstas excedan sus recursos naturales ni perpetúen la pobreza.

A través de este indicador se muestra que los avances económicos no tienen por qué ir de la mano del cuidado del medio ambiente. Tomando 20 economías emergentes de países en desarrollo, el IWI mostró que, en el período de 1990 a 2008, se dio un intenso declive de los recursos naturales en los países en vías de desarrollo, pese al crecimiento económico.

Algunas de las economías con mayor crecimiento, como Brasil o China, arrojaron cifras de declive natural de hasta el 25%. Estados Unidos, por su parte, perdió un 20% de su capital natural, frente al incremento de un 34% en el ámbito económico. La única economía en crecimiento que mostró un perpetuamiento de sus recursos medioambientales fue Japón.

La conferencia sobre desarrollo sostenible Río+20, que a partir del miércoles 20 de junio analizará en Río de Janeiro (Brasil) los principales problemas del planeta en materia de recursos naturales, busca pactar una solución sostenible entre 130 jefes de gobierno del mundo.


La discusión girará en torno a problemas como la biodiversidad, la alimentación o el consumo de agua y energía. Entre ellos, destacan datos como la pérdida de hectáreas en las selvas (en torno a 13 millones), la hambruna (925 millones de personas la sufren) o la concentración de energía en las ciudades, que aun suponiendo un 2% de la superficie terrestre, consumen entre el 60 y el 80% de la energía mundial.