Los ecuatorianos, que ya viven amenazados por la inseguridad y la violencia, empezaron el viernes con cortes de luz de hasta cuatro horas programados en diferentes horarios, en el inicio de una medida de racionamiento de la energía eléctrica que dispuso el gobierno por la insuficiente capacidad para cubrir la demanda nacional. Una situación crítica que no ocurría desde hacía al menos 14 años.
Durante la mañana, barrios y sectores de ciudades como Quito y Guayaquil quedaron sin internet, sin semáforos o sin trámites, entre otros, por el corte de energía programado desde las 8.00 de la mañana hasta el mediodía, lo que caotizó la rutina diaria de los ciudadanos a la hora de ir a trabajar, a clases o de desplazarse por las ciudades.
En algunos puntos, incluso, la falta de agentes de tránsito fue suplida por personas que de forma improvisada se bajaron de sus vehículos para tratar de reconducir la circulación.
El presidente ecuatoriano, Guillermo Lasso, se pronunció a través de X, antes conocido Twitter, ante la avalancha de críticas y comentarios de los ciudadanos en las redes sociales. “Comprendemos la indignación que han causado los cortes de luz en el país. Estamos conscientes de sus efectos y lamentamos que tengamos que atravesar por esta situación”.
Los cortes del viernes son los primeros —había más programados para la tarde— de una pauta prevista de por lo menos hasta diciembre, según anunció el ministro de Energía, Fernando Saltos Alvite, con la que las autoridades pretenden hacer frente a la falta de generación eléctrica.
En las ciudades de la sierra andina, los cortes diarios serán de cuatro horas, y en la zona costera, de tres horas. El gobierno indicó que no se harán por la noche ni de madrugada, ante la situación de inseguridad y violencia que también enfrenta el país, con un récord de muertes violentas que se ha superado cada año en los últimos tres ejercicios.
Ana Tapia de 18 años, estudiante universitaria, aseguró a la AP que nunca había tenido que afrontar apagones de luz, aunque sí había “escuchado que antes han vivido situaciones similares”. Es “impactante … como vivir en la prehistoria”, recalcó.
Estuvo incomunicada desde temprano no puede comunicarse, ya que su plan de internet celular también quedó sin conexión y debió regresar de la universidad a su casa porque le suspendieron su examen. Se lamentaba de no poder realizar tareas hasta que retornara la luz por el uso de programas y de su computadora.
Ecuador había declarado días antes la emergencia energética para poder contratar electricidad de otros países vecinos, como Colombia, y para comprar derivados de combustible, como diésel o gas, con los que alimentar centrales termoeléctricas y así garantizar un servicio “estable” de distribución de luz.
Pero finalmente, recurrió al racionamiento energético con cortes de luz programados, una práctica habitual hace 14 años, en épocas de sequía o falta de agua en los ríos que mantienen activas las plantas hidroeléctricas.
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La última vez que Ecuador recuerda una situación similar fue entre noviembre de 1992 y enero de 1993, cuando el gobierno del entonces presidente Sixto Durán Ballén decretó el adelanto de una hora al reloj, para que todas las actividades cotidianas se iniciaran una hora antes aprovechando la luz del día y así ahorrar el consumo de energía.
Según la explicación oficial, esa insuficiente producción de energía se ha visto acentuada por un periodo de estiaje —el mayor de los últimos 50 años, dijo Lasso— que dificulta a las plantas hidroeléctricas generar tanta electricidad como para cubrir la demanda del país.
El pico de demanda diaria de electricidad en el país es de 4.700 megavatios, mientras anualmente consume 30.000 gigavatios. El mayor porcentaje de uso de energía eléctrica se produce en la ciudad portuaria Guayaquil, con un 21% del total consumido a nivel nacional.
El mandatario achacó a sus predecesores parte del problema. Explicó que los proyectos de generación eléctrica requieren para su contratación períodos de dos a tres años por lo que la situación energética “también es consecuencia de la inacción de gobiernos anteriores”. Lasso, un exbanquero de derecha, llegó al poder en mayo de 2021 y lleva casi dos años y medio de gestión.
En los planes para responder a la crisis energética, Lasso mencionó que su gobierno aspira a recuperar el parque termoeléctrico para generar más de 300 megavatios hasta diciembre, a contratar energía emergente por otros 465 megavatios y, además, a habilitar al sector privado para que genere unos 250 megavatios hasta enero de 2024. A mediano plazo, se harán gestiones para importar energía eléctrica desde Colombia y Perú.
También lea Constantes fallas eléctricas golpean la producción petrolera en VenezuelaEn tanto, ciudadanos de varias ciudades del país inundaron las redes sociales con las peripecias que tuvieron que afrontar en medio de los cortes de energía. The Associated Press constató que algunos negocios, como locales de internet, ópticas, y farmacias, permanecían sin atención al público.
Andrea Guerrero, profesora de una escuela del norte de la capital, relató a la AP que los estudiantes “hicieron repaso” en las dos últimas horas, puesto que el apagón se produjo al mediodía en su sector, afectando el final de la jornada. De darse un apagón en horas de la mañana, perjudicaría las clases especialmente en materias de laboratorio o arte digital por el uso de las computadoras, dijo.
La conexión a internet fue intermitente o lenta, ante los problemas de servicio de las operadoras de telefonía.
Una radio capitalina reportó quejas de los usuarios con ruidos provenientes de generadores privados en edificios en la zona comercial de la capital.
El municipio de Quito informó en un comunicado que las terminales terrestres de transporte funcionarán con normalidad, tras la aplicación de un protocolo de emergencia y la activación de generadores propios.
Andrea Guerrero, profesora de una escuela del norte de la capital, relató a la AP que los estudiantes “hicieron repaso” en las dos últimas horas, puesto que el apagón se produjo al mediodía en su sector, afectando el final de la jornada. De darse un apagón en horas de la mañana, perjudicaría las clases especialmente en materias de laboratorio o arte digital por el uso de las computadoras, dijo.