El Fondo Mundial para la Infancia, UNICEF, manifiesta su preocupación por el futuro de los casi 100 bebés que como promedio nacen cada día en Esmeraldas y Manabí, las provincias más afectadas por el terremoto del mes pasado en Ecuador.
El sismo del 16 de abril provocó la muerte de 660 personas, destruyó sistemas de agua potable y afectó 33 centros de salud, la mitad de los cuales dejaron de funcionan.
“En una región donde uno de cada cinco niños sufre de diarrea y malnutrición crónica, es esencial atender a estos bebés con los elementos básicos para sobrevivir y progresar”, dijo Gran Lealty, representante de UNICEF en Ecuador.
Actualmente el organismo de la ONU trabaja junto al gobierno ecuatoriano y otros socios para atender a la población más vulnerable.
UNICEF espera poder donar tiendas que reemplacen los hospitales y clínicas dañadas, y proveer espacios amigables a los bebés en Pedernales, Jama y Muise.
El organismo internacional advierte que los fondos continúan extremadamente escasos y que necesitará $15 millones de dólares para atender a unos 250.000 niños hasta mediados de julio.
Hasta ahora solo ha recibido un 15% de esta cantidad.