No paran los reclamos contra el gobierno del presidente Rafael Correa, esta vez le tocó el turno a los universitarios presionan al presidente Rafael Correa a dar marcha atrás en el proyecto de educación superior donde a decir de los mismo se pretende eliminar la autonomía universitaria.
Y es que el gobierno impulsa un proyecto de educación superior ajustado al libreto que promueve el socialismo del siglo XXI donde se impulsen carreras que le interesan a los estados y en las que los estudiantes futuros tendrían que involucrarse por ley.
Esto ha provocado la respuesta de los estudiantes y profesores quienes reclaman que la autonomía universitaria debe ser respetada.
Los universitarios alegan que la comisión que analizó los contenidos de dicha ley al parecer nunca escuchó sus sugerencias porque no incluyeron puntos que ellos habían considerado trascendentales y por lo tanto pedían en la movilización que realizaron a nivel nacional un diálogo directo con el ejecutivo, que nunca se dio.
Según Eduardo Valencia, de la Universidad Católica de Quito, “ex colaboradores del gobierno de Rafael Correa también marcharon en su contra y acompañando a los estudiantes y maestros universitarios”.
“Lo que piden los estudiantes y las autoridades universitarias es la participación en la toma de decisiones aunque esto, al parecer, está lejos de contemplarse en la ejecución de la nueva ley”, expresó Marcelo Rivera, representante de la Federación de Estudiantes Universitarios.
Por primera vez una marcha en contra del régimen tiene tanta aceptación y masiva concurrencia desde hace tres años, a esta se sumaron opositores al presidente quienes reclamaban respeto a la libertad de pensamiento.
En varias ciudades del país las marchas fueron reprimidas por la policía y en otros casos hasta se les impidió a los estudiantes viajar en los vehículos propiedad de las universidades para trasladarse hasta Quito por lo que se manifestaron en sus propias ciudades.
La marcha de Quito terminó en violencia frente al Palacio de Gobierno luego que la policía quiso controlar a los estudiantes con gases lacrimógenos.