EE.UU. anuncia política para reabrir prisión naval de Guantánamo

  • Jeff Seldin

Exterior del Campamento 6 en la prisión naval estadounidense de Guantánamo, en Cuba. Dic. 10 de 2016.

El Departamento de Defensa de EE.UU. ha anunciado las condiciones bajo las cuales reanudará el envío de presuntos terroristas capturados en el campo de batalla a su centro de detención en la Bahía de Guantánamo, Cuba, por primera vez en más de una década.

Funcionarios del Pentágono enviaron la guía actualizada a la Casa Blanca el miércoles, respaldando la decisión del presidente Donald Trump de revertir el curso y mantener abierta la prisión militar estadounidense.

"El Secretario de Defensa ha proporcionado a la Casa Blanca una política actualizada que rige los criterios para la transferencia de personas al centro de detención en la Estación Naval de Guantánamo", dijo en una declaración la vocera del Departamento de Defensa, comandante Sarah Higgins.

"Esta política proporciona a nuestros combatientes de guerra orientación sobre la designación de detenidos para su traslado a la detención en Guantánamo en caso de que esa persona presente una amenaza continua y significativa a la seguridad de Estados Unidos", señaló.

El predecesor de Trump, Barack Obama, firmó una orden ejecutiva en 2009 que ordenó el cierre del centro de detención. Durante su mandato, el número de detenidos se redujo de 242 a solo 41, todos los cuales han estado allí durante la administración del ex presidente George W. Bush.

Uno de ellos, un ciudadano saudita, fue trasladado el miércoles a Arabia Saudita, donde completará una sentencia de 13 años por su papel en un ataque a un barco francés.

Área comunal de detenidos en el Campamento 6 de la prisión naval estadounidense de Guantánamo, en Cuba. Febrero 2 de 2016.

El presidente Trump se comprometió a mantener las instalaciones abiertas mientras hacía campaña por la presidencia y firmó una orden ejecutiva en enero pasado, dando al Departamento de Defensa 90 días para actualizar su política sobre cómo manejar a los terroristas capturados en el campo de batalla.

Al anunciar la decisión durante su discurso sobre el Estado de la Unión, Trump dijo que Estados Unidos necesitaba "todo el poder necesario para detener a los terroristas" en su lucha contra el Estado Islámico y Al Qaeda.

El predecesor de Trump, Barack Obama, firmó una orden ejecutiva en 2009 que ordenó el cierre del centro de detención.

Los grupos de derechos humanos han criticado la instalación y la decisión de Trump de mantenerla abierta.

"Al tratar de dar nueva vida a una prisión que simboliza el descenso de Estados Unidos a la tortura y la detención indefinida ilegal, Trump no hará que este país sea más seguro", dijo la Unión Estadounidense de Libertades Civiles en enero.

El secretario de Defensa de Estados Unidos, Jim Mattis, ha expresado su confianza en la capacidad del centro de detención para mantener a los combatientes terroristas humanamente mientras ayuda a garantizar la seguridad de los EE.UU.

El secretario de Defensa de EE.UU., Jim Mattis, reunido con tropas en un cine al aire libre en Guantánamo, Cuba, durante una visita sorpresa a la base naval que EE.UU. tiene en la isla caribeña. Dic. 21 de 2017.

"Está abierta, y estoy absolutamente seguro de que no hay nada que no esté de acuerdo con el protocolo internacional, el protocolo de Ginebra", dijo a los periodistas el lunes en el Pentágono.

El destino del centro de detención ha adquirido una importancia adicional a medida que las operaciones de la coalición y Estados Unidos contra el grupo terrorista Estado Islámico en Iraq y Siria comienzan a reducirse.

Actualmente, las fuerzas respaldadas por EE.UU. en Siria tienen más de 400 combatientes extranjeros de ISIS.

"Hemos estado involucrados con sus países de origen", dijo Mattis.

"En algunos casos, esos países les han despojado de su ciudadanía, por lo que tienen una opinión diferente en cuanto a cuál es su estado actual", agregó Mattis. "Así que esto no es simple".

El presidente George W. Bush abrió Guantánamo después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 para detener e interrogar a presuntos combatientes enemigos.

En el apogeo de sus operaciones, la prisión tenía 780 personas, en su mayoría reclusos con supuestos vínculos con Al Qaeda y los talibanes. Desde entonces, cientos han sido transferidos a sus países de origen o a otras naciones que aceptaron recibirlos.

Obama intentó sin éxito cerrar la prisión durante sus ocho años en el cargo. No envió nuevos detenidos a la instalación durante su administración y redujo el número de prisioneros a 41.

La corresponsal del Pentágono Carla Babb contribuyó a este informe.