La economía de Estados Unidos experimentó una aceleración en el primer trimestre, confirmó el jueves el Gobierno, pero el impulso generado por las exportaciones y los inventarios disimuló la baja demanda local, una situación que parece haber prevalecido en el periodo actual.
El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, reconoció la semana pasada el impulso temporal de la actividad económica producto del comercio y los inventarios, que describió como “componentes que generalmente no son indicadores confiables sobre una situación en curso”.
El miércoles pasado, el banco central estadounidense indicó que podría reducir su tasa de interés clave en julio, tras citar riesgos a la economía, especialmente a partir de la escalada en la pugna comercial entre Estados Unidos y China y de la magra inflación.
El Producto Interno Bruto (PIB) avanzó a una tasa anualizada de 3.1%, también alentado por un mayor gasto en autopistas y defensa, indicó el Departamento del Comercio en su tercera y última lectura sobre la expansión. La cifra permaneció sin cambios respecto del cálculo del mes pasado y estuvo en línea con las expectativas de los economistas.
La economía creció un 2.2% en el periodo de octubre a diciembre.
Sin embargo, excluyendo el comercio y los gastos fiscales y de inventarios, la economía estadounidense se aceleró apenas un 1.3% en el primer trimestre. Se trata del menor registro en la medición sobre la demanda doméstica desde el segundo periodo de 2013.
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