El imprevisible uso de la amenaza de cobrar aranceles a las importaciones que hace Donald Trump tiene alarmado al empresariado estadounidense, una importante fuerza en el Partido Republicano.
Los empresarios de Estados Unidos fueron tomados por sorpresa la semana pasada cuando Trump amenazó con imponer aranceles a las importaciones de México en un esfuerzo por contener el flujo de migrantes centroamericanos a través de territorio mexicano.
Los dos países pactaron una tregua el viernes, en la que México se comprometió a intensificar sus medidas contra la migración ilegal. No obstante, el lunes Trump estaba de nuevo amenazando con los aranceles si los mexicanos no cumplían con un compromiso no especificado, “a ser revelado en un futuro no muy lejano”, expresó.
Esos vaivenes son ya un sello distintivo de la presidencia de Trump, que amenaza con aranceles, a veces los impone, otras los deja en suspenso, otras los deja sin efecto.
Los grupos empresariales, ya molestos con los esfuerzos de Trump por contener la inmigración, tratan de descifrar qué actitud tomar en este clima político tan cambiante. Ellos apoyaron la rebaja de impuestos a las empresas y las medidas tomadas para suavizar las regulaciones sobre el medio ambiente y otros sectores. Sin embargo, el uso caprichoso de los aranceles por parte de Trump los tiene preocupados.
La Cámara de Comercio también está empezando a distanciarse del Partido Republicano tras décadas de lealtad. Esa entidad, que invirtió al menos 29 millones de dólares para ayudar mayormente a republicanos en las elecciones generales del 2016, anunció hace poco que prestará más atención a legisladores demócratas y dejó abierta la posibilidad de apoyar a los demócratas en los comicios del 2020.
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