Estados Unidos y China llegaron a un acuerdo que le permitirá al gigante chino de telecomunicaciones ZTE seguir operando a cambio de pagar 1.000 millones de dólares en multas y aceptar que reguladores estadounidenses monitoreen sus operaciones.
La multa es adicional a los casi 1.000 millones ya pagados por ZTE por vender equipo a Corea del Norte e Irán en violación de las sanciones estadounidenses.
El Departamento de Comercio informa que ZTE debe pagar además 400 millones de dólares en fideicomiso, que perderá si hay violaciones del acuerdo.
El secretario estadounidense de Comercio Wilbur Ross dijo que un equipo de verificación de cumplimiento escogido por Estados Unidos trabajará en ZTE y que la compañía china deberá cambiar su junta y su equipo ejecutivo en los siguientes 30 días.
La resolución del caso podría despejar la vía para que Washington logre progreso en importantes negociaciones comerciales con China. Los dos países están amenazando con aranceles de hasta 200.000 millones de dólares sobre los productos del otro, en una disputa centrada en los esfuerzos de China de retar el dominio tecnológico estadounidense.
En abril, el Departamento de Comercio impidió que ZTE importara componentes estadounidenses durante siete años, tras concluir que la compañía engañó a los reguladores estadounidenses tras llegar a un arreglo sobre cargos el año pasado de violar las sanciones contra Irán y Corea del Norte.
La decisión equivalió a una sentencia de muerte para ZTE, que depende de componentes estadounidenses y anunció que iba a suspender sus operaciones. Sin embargo, la medida afectó también a sus abastecedores estadounidenses.
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