Los empleados del Servicio estadounidense de Recolección de Impuestos regresarán a sus labores con el acuerdo alcanzado el viernes entre el presidente Donald Trump y los líderes del Congreso para que el gobierno reanude operaciones. No obstante, los efectos negativos en la entidad ocasionados por el cierre parcial del gobierno y el gran número de personas cesadas temporalmente podrían demorar las devoluciones de impuestos.
El periodo de declaraciones fiscales comienza oficialmente este lunes, y el gobierno de Donald Trump ha dicho que los contribuyentes con saldo a favor recibirían los rembolsos a tiempo a pesar del cierre. La administración consiguió recursos para pagar cientos de miles de millones de dólares en devoluciones fiscales y había dispuesto que casi 60% de la fuerza laboral de la entidad regresara a trabajar sin paga.
Sin embargo, hasta el martes, poco menos de la mitad de los 26.000 empleados del servicio que fueron cesados y que fueron llamados a trabajar sin paga durante el cierre del gobierno para procesar las declaraciones fiscales, y resolver las dudas de los contribuyentes, habían regresado a sus puestos de trabajo, según colaboradores del Congreso y del gobierno. De los aproximadamente 14.000 empleados convocados que no se han presentado a trabajar, unos 5.000 pidieron permiso para ausentarse por dificultades financieras, como lo contempla su contrato colectivo, dijeron funcionarios de esa agencia. Los supervisores no pudieron comunicarse con los 9.000 restantes.
Además de los 35 días que se alargó el cierre parcial de gobierno, la complejidad de la nueva ley tributaria ha afectado al Servicio de Recaudación de impuestos, de manera que enviar los reembolsos tributarios a tiempo podría ser una tarea difícil.
Con información de AP
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