El gobierno del presidente Donald Trump cambiará la forma en que revisa a las personas que quieran cuidar de los niños migrantes que están bajo custodia gubernamental: anulando el requisito de capturar las huellas dactilares de todas las personas que vivieran bajo el mismo techo.
El requerimiento de huellas dactilares comenzó en junio como parte de la política fronteriza de tolerancia cero que derivó en la separación de unos 2.400 niños de sus padres. Los menores que fueron separados de sus padres fueron enviados a albergues hasta que un patrocinador, a menudo un padre o familiar, pudiera ser localizado y evaluado antes de recibir al menor.
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Pero el requerimiento de huellas dactilares demoró el proceso y congestionó los albergues. Patrocinadores potenciales dijeron que otras personas en casa se negaron a que se les capturaran las huellas dactilares por temor. La información recabada es compartida con el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE por sus iniciales en inglés), y las autoridades han utilizado las huellas para arrestar a unos 170 patrocinadores y demás personas por violaciones a las leyes migratorias.
Más de 49.000 menores de edad cruzaron la frontera sin compañía de un adulto durante el año fiscal 2018. Aunque el número total de niños que llegan a Estados Unidos es menor al máximo histórico de 2016, los menores permanecen más tiempo en los albergues y la cifra total de menores detenidos al mismo tiempo es la más alta de la historia. El tiempo promedio que un menor permanece en un albergue se ha incrementado de 40 días durante el año fiscal 2016 a 59 días en 2018, según datos federales. Actualmente hay más de 14.000 niños en 137 albergues de todo el país.
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Southwest Key Programs, con sede en Austin, Texas, opera instalaciones para detención de menores migrantes en Arizona, California y Texas, incluyendo una ubicada en lo que solía ser una tienda Walmart. Ha incrementado de manera significativa sus operaciones este año debido a que más niños han sido detenidos durante más tiempo.
“Estamos sumamente animados por esto”, dijo Juan Sánchez, director general de la agencia. “Esto ayudará a todos los cuidadores a reducir el tiempo que estos niños permanecen en albergues y darles las bases que necesitan para prosperar”.
Funcionarios del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS por sus iniciales en inglés) señalan que aún se requerirá la captura de huellas dactilares de los patrocinadores, las que serán cotejadas con bases de datos del FBI y registros delictivos del Departamento de Seguridad Nacional.
La Oficina de Reasentamiento de Refugiados, responsable del manejo de los niños, realizará revisiones de registros públicos sobre todos los adultos que vivan en esa casa. Las huellas dactilares de dichos adultos se requerirán bajo ciertas circunstancias, incluyendo si las revisiones revelan factores que los inhabiliten, como antecedentes de maltrato infantil o riesgos documentados a la seguridad de los menores.
El cambio en los requerimientos podría resultar en la liberación de una gran cantidad de niños.