Estados Unidos y China intercambiaron gestos conciliadores el jueves, lo que elevó las esperanzas de que pueda enfriarse un enfrentamiento comercial que ha sacudido los mercados financieros y ensombrecido la economía mundial.
En Beijing, el Ministerio de Comercio dio a conocer que sus importadores están preguntando sobre los precios de la soya, el cerdo y otros productos agrícolas. Es una señal de que aumentarían sus compras y un posible gesto de buena voluntad de cara a las conversaciones que buscan poner fin a una guerra de aranceles entre los dos países.
En la víspera, el presidente Donald Trump anunció que aplazaría dos semanas un aumento de los aranceles sobre las importaciones chinas previsto para el 1 de octubre. El secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, dijo a la prensa el jueves que Beijing solicitó el aplazamiento para que no coincidiera con el 70 aniversario de la fundación de la República Popular China. Trump decidió que el arancel se aplicaría a partir del 15 de octubre, en un “gesto de buena voluntad hacia los chinos”, añadió.
Aparentemente se trata de gestos para reducir las tensiones antes de los encuentros. Las acciones estadounidenses, muy sensibles a los altibajos de las negociaciones, estaban en alza en alza en las primeras operaciones, aunque perdieron terreno al avanzar la mañana.
Al demorar el aumento de los aranceles, Trump admitió la posibilidad de que se logren suficientes progresos para un aplazamiento por tiempo indeterminado. Sin embargo, los economistas sostienen que difícilmente se llegará a un acuerdo este año.
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