Estados Unidos solicitó el 21 de julio a la comunidad internacional que ejerza más presión para lograr un alto al fuego en la Franja de Gaza.
El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, llegó a El Cairo, Egipto, junto al secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, para intentar negociar un alto al fuego entre Israel y Hamas, y así detener los combates en Gaza, que se han intensificado durante este fin de semana.
Obama reafirmó que Israel tiene derecho a defenderse de los más de 1.500 cohetes lanzados por Hamas, pero expresó su preocupación por el alto número de víctimas civiles, más aún cuando el asalto militar de Israel en Gaza ya ha ocasionado "daño significativo" a la red de infraestructuras de Hamas.
"Tenemos serias preocupaciones sobre el creciente número de muertes de civiles palestinos y la pérdida de vidas israelíes", dijo Obama en Washington. "Y por ello ahora nuestro enfoque y el de la comunidad internacional debe ser el de aumentar la presión para lograr un alto al fuego".
Tanto Kerry como Moon instarán a Hamas a aceptar el acuerdo de alto al fuego ofrecido por Egipto para lograr detener las dos semanas de combate y la muerte de al menos 500 palestinos y más de dos docenas de israelíes.
EE.UU. enviará $47 millones de dólares de ayuda humanitaria a decenas de palestinos que han tenido que huir de sus hogares en Gaza para esapar de la violencia.
Los fondos proporcionarán ayuda humanitaria crítica para la población de Gaza, incluyendo asistencia para vivienda, alimentos y suministros médicos a los palestinos.
Sin embargo, los asesores de Kerry advirtieron que el logro de un alto al fuego inmediato y duradero será difícil.
Por su parte, Moon aseguró en una rueda de prensa antes de su reunión con Kerry que estaba decepcionado porque, tras nueve meses de conversaciones entre Israel y Palestina, lideradas por EE.UU.; no se había logrado ningún progreso.
Estas conversaciones se detuvieron en abril dado que ninguna de las dos partes estaba dispuesta a hacer concesiones para lograr la paz.
"La violencia debe detenerse, y debe hacerlo ahora", declaró el jefe de la ONU a los periodistas. "No podemos clamar victoria simplemente por retroceder a la situación anterior a estas dos semanas, que ha dado lugar a un terrible derramamiento de sangre".