Los primeros en dar sus testimonios fueron la secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, el periodista indocumentado José Antonio Vargas y la presidenta de La Raza, Janet Murguía.
La secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, dijo este miércoles en el Senado el sistema migratorio de Estados Unidos "necesita una dosis de sentido común" que evite la separación de las familias y ofrezca un camino hacia la ciudadanía para aquellos que han construido su vida en el país.
Un día después del discurso sobre el estado de la nación del presidente Barack Obama, el Comité Judicial del Senado realizó su primera audiencia para abordar el tema de la reforma migratoria.
Si bien el tema es una de las prioridades en la agenda del presidente Obama para su segundo mandato existen diferencias sobre cuál sería la propuesta que saque de las sombras a más de 11 millones de indocumentados.
"El sistema de inmigración no solamente está roto, está hiriendo nuestro país", aseguró Napolitano. "A partir de ahora debemos hacer las cosas más difíciles para aquellos que quieran entrar de manera ilegal y hacer las cosas más fáciles para aquellos que ya están aquí y forman parte de la sociedad estadounidense", agregó la secretaria durante su testimonio frente al presidente del comité, el senador Patrick Leahy.
Igualmente rindió testimonio José Antonio Vargas, el periodista que confesó ser un joven indocumentado y quien se ha convertido uno de los símbolos en la lucha por una reforma migratoria a través de la formación del grupo Define American.
Vargas ofreció un emotivo testimonio y pidió a los miembros del comité que definan a quiénes definen realmente como "americano".
Posteriormente fue el turno de la presidenta y CEO del Consejo Nacional de la Raza (NCLR, por sus siglas en inglés), Janet Murguía, que una vez más insistió en la urgente necesidad de ofrecer una legalización a 11 millones de indocumentados, que pagan sus impuestos, se portan bien y colaboran con la economía del país.
Otros invitados a la auidencia fueron el ex director ejecutivo de America Online, Steve Case, así como Chris Crane, presidente del sindicato de trabajadores de Inmigración y Protección de Aduanas, que se opone a las políticas de inmigración de Obama.
El grupo de los 8 senadores bipartidistas que presentaron los primeros pasos hacia una reforma trabajan por separado al comité, pero aseguran que su proyecto obtendría el visto bueno del comité judicial.
Un día después del discurso sobre el estado de la nación del presidente Barack Obama, el Comité Judicial del Senado realizó su primera audiencia para abordar el tema de la reforma migratoria.
Si bien el tema es una de las prioridades en la agenda del presidente Obama para su segundo mandato existen diferencias sobre cuál sería la propuesta que saque de las sombras a más de 11 millones de indocumentados.
"El sistema de inmigración no solamente está roto, está hiriendo nuestro país", aseguró Napolitano. "A partir de ahora debemos hacer las cosas más difíciles para aquellos que quieran entrar de manera ilegal y hacer las cosas más fáciles para aquellos que ya están aquí y forman parte de la sociedad estadounidense", agregó la secretaria durante su testimonio frente al presidente del comité, el senador Patrick Leahy.
Igualmente rindió testimonio José Antonio Vargas, el periodista que confesó ser un joven indocumentado y quien se ha convertido uno de los símbolos en la lucha por una reforma migratoria a través de la formación del grupo Define American.
Vargas ofreció un emotivo testimonio y pidió a los miembros del comité que definan a quiénes definen realmente como "americano".
Posteriormente fue el turno de la presidenta y CEO del Consejo Nacional de la Raza (NCLR, por sus siglas en inglés), Janet Murguía, que una vez más insistió en la urgente necesidad de ofrecer una legalización a 11 millones de indocumentados, que pagan sus impuestos, se portan bien y colaboran con la economía del país.
Otros invitados a la auidencia fueron el ex director ejecutivo de America Online, Steve Case, así como Chris Crane, presidente del sindicato de trabajadores de Inmigración y Protección de Aduanas, que se opone a las políticas de inmigración de Obama.
El grupo de los 8 senadores bipartidistas que presentaron los primeros pasos hacia una reforma trabajan por separado al comité, pero aseguran que su proyecto obtendría el visto bueno del comité judicial.