Estados Unidos y Canadá dieron a conocer este miércoles un nuevo acuerdo fronterizo que facilitaría el paso de viajeros y mercancías de un país a otro a la par que reforzaría las medidas de seguridad.
El anuncio fue hecho en rueda de prensa en Washington por el presidente estadounidense, Barack Obama, y el primer ministro canadiense, Stephen Harper.
El primer ministro canadiense dijo que los nuevos acuerdos comerciales y de regulación ayudarán a crear una “nueva y moderna frontera” entre las dos naciones, que ya están unidas por un acuerdo de libre comercio que incluye a un tercer socio, México.
Harper describió el pacto como el mayor paso de cooperación bilateral dado por las dos naciones vecinas desde que se adoptó el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (1994).
Ambos países acordaron facilitar en principio el tráfico de cargamentos con mercancías entre los puertos a ambos lados de la frontera, y Canadá adoptaría nuevas medidas de revisión para los viajeros que entran a ese país, similares a las ya en vigor en EE.UU.
Además de mejorar el chequeo de equipajes en viajes de conexión, se espera que las nuevas regulaciones reduzcan los retrasos, los desvíos erróneos de unas 100.000 maletas todos los años, y hagan más expeditos los viajes de negocios.
Los dos mandatarios también acordaron mejorar la infraestructura en algunos puntos limítrofes y reforzar la seguridad cibernética, y las agencias policiales y de seguridad de ambos países intercambiarán información y datos de inteligencia con el propósito de mejorar la protección en materia de seguridad nacional.
No está claro cuál sería el calendario para la implementación de las nuevas medidas, que serían puestas en marcha como proyectos piloto a partir de 2012 antes de ser adoptadas definitivamente.
De cualquier manera, los acuerdos tienen que se aprobados por el Congreso de EE.UU. y también por el parlamento canadiense.
Obama y Harper abordaron además el controvertido proyecto de construir el oleoducto Keystone XL para transportar petróleo desde yacimientos en Alberta, Canadá, hasta refinerías estadounidenses ubicadas en la zona del Golfo de México.
El presidente de EE.UU. dijo a la prensa que quería obtener algunas respuestas relacionadas con la protección del medio ambiente antes de proceder con el proyecto, que la Casa Blanca decidió congelar hasta el 2013, después de las elecciones presidenciales.
Organizaciones defensoras del medio ambiente se oponen al oleoducto, pero legisladores republicanos han presionado a Washington para que acelere su construcción