El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, "se mantendrá firme" en la próxima cumbre del Grupo de los Siete, a pesar de las críticas de sus aliados sobre sus políticas comerciales, dijo el miércoles a periodistas uno de sus principales asesores económicos del mandatario.
"El presidente está a gusto con todos estos asuntos difíciles", dijo Larry Kudlow, director del Consejo Económico Nacional. "Siempre hay tensión sobre algo" entre Estados Unidos y otros miembros del G-7.
El comentario, en la sala de prensa de la Casa Blanca se produjo poco después de que el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, anfitrión de la cumbre del G-7 en Charlevoix, y la canciller alemana, Angela Merkel, pronosticaran difíciles discusiones el viernes y el sábado de esta semana.
Jacob Funk Kirkegaard, investigador principal del Instituto Peterson de Economía Internacional (PIIE), dijo: "Esta es esencialmente una receta para un G-6 más uno".
Proteger a los trabajadores estadounidenses
Kudlow, negó que Estados Unidos esté ahora involucrado en una guerra comercial con sus socios estratégicos, así como con China, pero señaló que Estados Unidos hará lo que sea necesario para proteger a los trabajadores e industrias estadounidenses.
En declaraciones a la prensa en Bruselas el miércoles, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Jim Mattis, dijo que es demasiado pronto para llamar a la disputa arancelaria una guerra comercial y sostuvo que Estados Unidos tiene justificación para exigir un comercio "justo y recíproco" con sus socios.
Mattis dijo que no se espera que las disputas en el ámbito económico con los aliados dañen las relaciones militares y de seguridad.
Preparando el escenario para las discusiones del G-7 en la provincia de Quebéc, Kudlow declaró: "El sistema de comercio mundial es un desastre. Se ha roto". Pero, agregó, "No culpen a Trump. Culpen a las naciones que se separaron de esas condiciones".
Ahora está claro que Estados Unidos y los demás países del G-7 "ya no cantan en el mismo libro de himnos" y eso tiene graves consecuencias para el orden comercial mundial, dijo Lynn Fischer Fox, ex-vicesecretaria adjunta de política y negociaciones en la Administración de Comercio Internacional del Departamento de Comercio de Estados Unidos.
Fischer Fox, quien lideró las negociaciones en una serie de disputas comerciales durante la administración del ex presidente Barack Obama, describe el enfoque de Trump para el comercio como perturbador e impredecible.
Cuando VOA News le preguntó si la administración respetaría las decisiones de la Organización Mundial del Comercio presentadas contra Estados Unidos por los aranceles impuestos recientemente por Trump, Kudlow respondió: "Estamos más atados aquí por los intereses nacionales que por ninguna otra cosa. Las organizaciones multilaterales internacionales no van a determinar la política estadounidense".
Si bien ha habido tensiones entre Estados Unidos y otros líderes del G-7 anteriormente en cuestiones estratégicas, como la colocación de armas nucleares en Europa y la guerra de Irak, esta falla parece mucho más fundamental, de acuerdo con algunos analistas.
Reglas internacionales
Estados Unidos siempre ha seguido las reglas internacionales, dice Fischer Fox a VOA News. "Y nos hemos enfrentado a otras naciones que utilizan este tipo de táctica de agitación de sables o toma de rehenes, por así decirlo, para tratar de obtener lo que quieren del sistema internacional, fuera de las reglas", dice.
Fischer Fox sostiene que "violar las reglas no le da un medio para negociar en torno a las reglas. Si ellos (la administración Trump) quieren negociar las reglas para que sean diferentes, eso es lo que deberían poner sobre la mesa".
Los líderes de los otros países no tienen otra opción política que enfrentarse a Trump, Kirkegaard, del Peterson Institute, dijo a VOA News.
"Si no se sanciona a un presidente estadounidense que se comporta de esta manera, todos los presidentes y administraciones después de esto pensarán que la política comercial es algo con lo que uno puede meterse fácilmente", dice Kirkegaard.
Hablando en el Bundestag el miércoles, Merkel advirtió que los países del G-7 "no deben seguir diluyendo" las conclusiones previas de la cumbre, comprometiendo al grupo al comercio multilateral justo y rechazando el proteccionismo.
"No debe haber un compromiso simplemente por el bien de un compromiso", dijo Merkel. Si no se puede llegar a un acuerdo aceptable, un "resumen del presidente (del evento)" por parte de los anfitriones canadienses "es quizás un camino más honesto, no tiene sentido disimular las divisiones a voluntad".
El profesor de asuntos internacionales de la Universidad de Denver, Jonathan Adelman, dijo que la reunión del G-7 es relevante y que es posible que los miembros progresen en momentos menos públicos.
"Creo que una posibilidad es que cuando se cierren las puertas y los medios ya no estén allí, habrá algún esfuerzo para negociar algo que sea racional y razonable", dijo Adelman a VOA.
La canciller canadiense, Chrystia Freeland, dijo el miércoles que las tarifas de acero y aluminio impuestas por Estados Unidos, que entrarán en vigor el 1 de julio son ilegales y que la respuesta canadiense será medida y proporcionada.
Trump volverá a ver a muchos de los líderes del G-7 pronto. Está previsto que se reúna con la primera ministra británica Theresa May en el Reino Unido el próximo mes. Y también se espera que asista a la cumbre anual de la OTAN, en Bruselas, a mediados de julio.
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