El Secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross, rechazó el martes actuar bajo una fecha límite para obtener un acuerdo comercial con China.
En una entrevista con Reuters el funcionario estadounidense también lanzó un nuevo ataque contra el gigante de las telecomunicaciones Huawei, atenuando aún más las esperanzas de que termine una guerra comercial de 17 meses que ha ralentizado el crecimiento global.
Ross dijo que era más importante “llegar a un acuerdo comercial con China y que sea favorable para Estados Unidos, que apresurar un acuerdo para fines de este año, o incluso el próximo”.
El jefe de Comercio de Estados Unidos explicó que las dos economías más grandes del mundo aún necesitan resolver detalles sobre las compras de productos agrícolas de China, algunos problemas estructurales y un mecanismo de aplicación para firmar un acuerdo comercial interino que el presidente Donald Trump esperaba completar el mes pasado.
Trump, hablando en Europa el martes, dijo que un acuerdo comercial interino con China tendría que esperar hasta después de las elecciones presidenciales de Estados Unidos en noviembre de 2020.
"El punto que estaba tratando de hacer ver es que necesitamos un acuerdo adecuado, y si se trata de diciembre o el próximo diciembre, o alguna otra fecha es mucho menos importante que conseguir un acuerdo adecuado", dijo Ross durante una visita a Nueva York.
"Lo importante es conseguir un acuerdo que funcione", dijo y valoró: “seamos sinceros, si no hacemos un acuerdo con China ahora, pasará mucho, mucho tiempo antes de que haya un acuerdo".
Ross agregó que esperaba que Trump ganara las elecciones presidenciales de 2020. Pero si Trump pierde y no se llega a un acuerdo con China, sería "el problema de otra persona".
El secretario también señaló que la aprobación final dependería de Trump y el presidente chino, Xi Jinping: "Tenemos que recomendar, no podemos ser quienes tomen la decisión final".
También apuntó a Huawei, diciendo que la compañía china que estaba en la lista negra del gobierno de EE.UU. en mayo, había estado alentando a sus proveedores a violar la ley estadounidense diciéndoles que trasladen sus operaciones al extranjero, en un intento por evitar las sanciones impuestas.