La secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, dijo este martes que su país y China han mostrado progresos en las conversaciones que tuvieron lugar en Washington para discutir una serie de discrepancias en el terreno económico y temas tan sensibles como el respeto a los derechos humanos.
"Estados Unidos y China tienen que ser honestos en cuanto a sus diferencias, y encararlas de manera firme y directa", dijo Clinton al final de la reunión anual de dos días entre funcionarios de las dos economías más grandes del mundo.
Respecto a uno de los asuntos económicos más controversiales, la apreciación de su moneda, el yuan, China dijo que una reforma monetaria internacional debe ser gradual y ordenada pero aseguró a las autoridades estadounidenses que estaba comprometida en aumentar las importaciones para impulsar un crecimiento más equilibrado.
También prometió hacer más fácil que compañías estadounidenses obtengan contratos de parte del gobierno chino, con lo que se daría respuesta a una vieja queja de corporaciones extranjeras que sin mucho éxito han buscado tener participación en el creciente mercado del país asiático.
Firmas estadounidenses y europeas se han quejado de competencia desleal en base a la política de China de dar acceso preferencial a empresas nacionales, pero al término de la reunión el secretario del Tesoro de EE.UU., Timothy Geithner, dijo ver “cambios muy prometedores” de parte del gobierno chino.
Geithner indicó que un yuan más fuerte permitiría a China combatir la inflación y facilitar su tránsito de una economía basada fundamentalmente en las exportaciones a otra con un mayor protagonismo de la demanda doméstica.
Entre tanto, el viceprimer ministro chino, Wang Qishan anunció haber firmado con Estados Unidos un nuevo acuerdo que prevé equilibrar la relación entre las dos mayores potencias mundiales.
Wang señaló que las dos mayores economías mundiales reforzarán la cooperación en cuanto a derechos de propiedad intelectual, negociación de tratados de inversión bilaterales, seguridad alimentaria y calidad de los productos.
China también habría aceptado permitir que bancos estadounidenses vendan fondos mutuos en ese país, lo que representaría una buena noticia para el sector financiero de EE.UU.
Pero la inquietud de Washington por la situación de los derechos humanos en China fue de cualquier manera el asunto más espinoso del Diálogo Económico y Estratégico bilateral anual, en momentos en que las autoridades de Pekin llevan a acabo una gran ofensiva contra los disisidentes.
Respecto al tema de los derechos humanos, donde prevalecieron las mayores diferencias bilaterales, Zhang dijo que espera que "Estados Unidos mantenga su palabra en el compromiso de ser cauteloso frente a los asuntos relacionados con el Tíbet".