Legisladores estadounidenses analizaron el miércoles la crisis venezolana desde el punto de vista de la “maliciosa influencia” de actores criminales y estatales.
El legislador republicano Jeff Duncan, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes, abrió la sesión detallando la situación en la nación sudamericana a la que calificó como “un estado fallido y un desastre humanitario”, donde actualmente existen más de 600 prisioneros políticos, .
Entre los problemas en Venezuela, Duncan señaló que desde abril más de 125 personas han muerto y más de 2.000 han resultado heridas a manos de fuerzas del gobierno en las protestas contra el régimen de Nicolás Maduro. Continúa la escasez de alimentos y medicinas, y la legítima Asamblea Nacional democráticamente electa ha sido silenciada por una “impostora” Asamblea Nacional Constituyente conformada por partidarios de Maduro, agregó.
Destacó la huida del país de la fiscal general Luisa Ortega Díaz, quien públicamente se opuso al abuso de poder de Maduro, que ha convertido su gobierno en una dictadura que ignora la condena internacional y el sufrimiento de su pueblo, y aseguró que la crisis política, económica y de derechos humanos es terrible para los 30 millones de venezolanos y amenaza con desestabilizar la región.
El legislador enfatizó que EE.UU. tiene claros intereses en Venezuela y quiere paz en la región, sin que haya masivas olas de refugiados o amenazas de salud pública por el creciente aumento de casos de paludismo, difteria o zika.
“Queremos ver un país democrático que represente el imperio de la ley, que sea responsable con su gente. Queremos ver un país que no use su poder para golpear, encarcelar, torturar y matar a sus propios ciudadanos. Queremos asegurarnos que Venezuela no se convierta en un narcoestado que brinde refugio a terroristas o criminales internacionales”, dijo el representante de Carolina del Sur.
EE.UU. también quiere un mercado de energía estable que promueva la seguridad energética, y quiere certificar que Venezuela no se convierta en un títere de Rusia, China o Irán para explotarla para sus propios propósitos geopolíticos, afirmó.
Sobre todo, dijo “Nos preocupa el pueblo venezolano y queremos verlo prosperar”.
El legislador Duncan destacó que para el gobierno del presidente Donald Trump es una prioridad, lo que fue destacado por el vicepresidente Mike Pence durante su reciente viaje a Latinoamérica y la participación de EE.UU. en los esfuerzos regionales para buscar una solución a la crisis venezolana.
La audiencia reveló la preocupación de los legisladores por el continuo deterioro de la situación en Venezuela y la participación de actores estatales y criminales que activamente operan para socavar los esfuerzos de EE.UU. y otras naciones para restaurar la democracia y el imperio de la ley en la nación.
La influencia de estos actores, se dijo, es la que mantiene la dictadura de Maduro en el poder y le permite sobrevivir, “facilitando una cultura de corrupción y narcotráfico que florece mientras el pueblo de Venezuela sufre”.
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Expertos invitados
Los testigos en la audiencia, fueron Evan Ellis, del Programa Américas del Centro para Estudios Estratégicos e internacionales, Francisco Toro, director ejecutivo del blog Caracas Chronicles que se enfoca en noticias y análisis de Venezuela y Harold Trinkunas, investigador senior y director asociado del centro de investigación para la seguridad y cooperación internacional para el instituto de estudios internacionales Freeman Spogli de la Universidad Stanford.
Francisco Toro enfatizó la “abrumadora” influencia de Cuba en el régimen venezolano que comenzó con Hugo Chávez y continúa en forma nefasta con Nicolás Maduro, y expresó especial preocupación por las milicias bolivarianas, cientos de miles de seguidores del régimen, que actúan como un brazo político del gobierno y como una quinta rama de las fuerzas armadas.
Son organizados, entrenados y armados como una fuerza militar, y en los últimos años impulsados por el presidente Maduro han ido tomando más fuerza, dijo Toro.
Señaló que reportes indican que actores criminales están comprando armas y explosivos a las fuerzas militares venezolanas, y que existe el temor de que esas armas y explosivos puedan llegar a manos de las milicias bolivarianas, conformadas en su mayoría por personas de bajos ingresos que podrían venderlas.
Entre esas armas una de las más preocupantes son los lanzadores de misiles guiados por calor que pueden derribar aviones comerciales. Toro expresó que unos 1.000 de 5.000 misiles de ese tipo adquiridos por las fuerzas militares venezolanas podrían ser entregados a las milicias bolivarianas.
El experto Evan Ellis, se refirió a la influencia de China en Venezuela, que ha llegado a reemplazar a Rusia como la principal fuente de recursos y entrenamiento para el régimen venezolano.
China está permitiendo a Venezuela mantener sus operaciones petroleras, dijo. Ellis señaló que se deben estructurar sanciones para que Rusia y China no estabilicen el gobierno de Maduro y le permitan continuar mediante un sucesor.
El doctor Trinkunas dijo que de los cuatro países mencionados, China está "desencantada" por la probabilidad de que Venezuela podría no pagar los préstamos que le ha hecho, e indicó que eso puede representar para EE.UU. una oportunidad para buscar una solución.
El experto enfatizó que se necesita una solución internacional para Venezuela, pero aclaró que no cree que se pueda encontrar una a corto plazo.
Todos los invitados a la audiencias estuvieron de acuerdo en que cualquier solución a la situación venezolana tiene que contar con la participación de la comunidad internacional.
Toro dijo que Estados Unidos tiene una gran ventaja para influir en la situación venezolana por el petróleo que le compra. "Hay bastante espacio para la creatividad en términos de opciones si la gente está dispuesta a explorarlas", señaló.
Sugirió que se puede condicionar los pagos, como hacer que la Asamblea Nacional legítimamente electa apruebe el uso de esos fondos, pensar en un sistema de fideicomiso y otras opciones. "Estados Unidos necesita el petróleo y Venezuela necesita vender ese petróleo, pero eso debe hacerse bajo condiciones especiales que en este momento no existen", señaló.
Evan Ellis dijo que aunque las sanciones a veces no son efectivas, en el caso de PDVSA, la petrolera estatal venezolana, que atraviesa por una crisis de liquidez, podrían dar resultado.
PDVSA tiene que hacer un pago por vencimiento de bonos por valor de 3.000 millones de dólares en octubre y tiene una serie de acreedores, entre ellos la rusa Rosneft y otras que podrían reclamar bienes internacionales, lo cual paralizaría al régimen sugirió Ellis.
Según el experto, si en algún momento el flujo del dinero que representa el 96 por ciento de los medios que Venezuela necesita para pagar por la importación de alimentos y medicinas efectivamente se paraliza, en razón de esa batalla legal internacional, eso podría generar un cambio de régimen y la manera como se estructuren las sanciones podría impactar la forma de que eso ocurra.