El mundo está reconociendo el valor de las mujeres, propiciando cambios que son evidentes y que terminarán obligando a aquellos que se resisten a unirse a un escenario diferente, es la reflexión de la legisladora republicana por Florida, Ileana Ros-Lehtinen, en el Día Internacional de la Mujer.
En entrevista con la Voz de América, la legisladora de origen cubano que hace 26 años se convirtió en la primera hispana en acceder al Congreso de Estados Unidos, recordó la importancia del ejemplo y de las oportunidades.
“Para mí una gran sorpresa saber que era la primera latina en ese poderoso Congreso, porque pensé que habían algunas, pero desde entonces siempre dije que no sería la única, y mi confianza en la capacidad y la determinación de las mujeres hispanas me permite ahora trabajar con valiosas legisladoras de varios estados del país”, dice Ros-Lehtinen.
Your browser doesn’t support HTML5
“Ahora hay muchas mujeres latinas en el Congreso, aún no son suficientes, necesitamos más, pero estamos progresando”, dice la legisladora republicana, a tiempo de declararse muy orgullosa de haber sido la voz de muchos ciudadanos oprimidos por gobiernos que nos les dan la libertad de expresión, de ejercer sus derechos democráticos y alcanzar sus objetivos y sueños.
“Por muchos años luche contra el régimen dictatorial en Cuba, y también por los venezolanos que perdieron tanto, y levanto mi voz por las mujeres que son víctimas de tráfico humano, de violencia y de la aún permanente discriminación”, afirma la legisladora federal estadounidense.
Your browser doesn’t support HTML5
Ros-Lehtinen, que fue la primera mujer de origen hispano en presidir el Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes, afirma que las denuncias contra la vulneración de los derechos de las mujeres deben seguir amplificándose.
“El respeto a los derechos de las mujeres está mejorando en el mundo, pero aún no es suficiente. Hay que detener las limitaciones absurdas en contra de ellas como la falta de acceso a la educación, el derecho lógico de votar o manejar un automóvil, o tratarlas como ciudadanas de segunda clase”, remarca Ros-Lehtinen.
“Es momento de parar todo tipo de explotación de la mujer, desde el tráfico de personas hasta el obligar a niñas de 11 o 12 años a casarse, todo esto tiene que terminar para hacer un mundo más sensible, civilizado e igualitario”, concluye la congresista republicana.