El vicepresidente de EE.UU., Joe Biden, inició este jueves en el Capitolio una ronda de negociaciones con líderes del Congreso en busca de reducir la brecha que separa a demócratas y republicanos en cuanto a los recortes que deben hacerse al presupuesto federal.
En las negociaciones participan, entre otros, el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner; la líder demócrata de la Cámara, Nancy Pelosi; el líder republicano en el Senado Mitch McConnell, y su contraparte demócrata, Harry Reid.
“Tuvimos una buena reunión y las conversaciones continúan”, dijo Biden en una declaración difundida al término de las discusiones de una hora a puerta cerrada.
Según el asesor económico de la Casa Blanca Gene Sperling, el gobierno propuso como punto de partida para las discusiones recortar más de 6 mil millones de dólares en adición a otros 4 mil millones ya pactados, a fin de mantener operando el gobierno hasta el 30 de septiembre entrante.
La Casa Blanca indicó que estos no son los únicos recortes que ha aceptado hacer, puesto que ya accedió a reducir en más de 40 mil millones de dólares la propuesta de presupuesto formulada por el presidente Barack Obama.
Pero los republicanos alegan que en esas cifras no está incluido ninguno de los recortes por 61 mil millones de dólares que ellos quieren aplicar a los gastos del presente año fiscal.
A falta de una mejor solución, la Cámara de Representantes y luego el Senado aprobaron una medida de urgencia esta semana y proveyeron los fondos necesarios para que el gobierno no se paralice y pueda seguir funcionando hasta el 18 de marzo.
Desde noviembre pasado, impulsados por el movimiento conservador Tea Party los republicanos presionan a favor de hacer grandes recortes a los planes de gasto público del presidente Barack Obama, entre ellos a las reformas de salud y del sistema financiero.
Legisladores de los dos partidos, republicanos y demócratas, están de acuerdo en que es necesario reducir el déficit presupuestario, que este año se espera ascienda a la cifra récord de un billón 650 mil millones de dólares.
Pero los demócratas destacan que si se recorta en exceso el gasto público ello podría perjudicar la recuperación económica del país todavía tambaleante, y contribuir además a que se pierdan más puestos de trabajo cuando la tasa de desempleo no ha bajado aún del 9 por ciento.