La Corte Suprema de Estados Unidos escuchará argumentos este lunes sobre si el gobierno puede invocar la protección de “secretos de Estado” para retener información sobre su vigilancia a musulmanes y mezquitas en California.
La disputa comenzó hace una década cuando tres hombres musulmanes presentaron una demanda contra la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) que alegaba que esa agencia insertó un informante para espiarlos, basada solamente en sus actividades religiosas.
La Constitución de EE. UU. protege la libertad de culto de toda persona. Sin embargo, el gobierno argumenta en este caso que puede negarse a revelar información sobre la vigilancia autorizada por la Ley de Vigilancia de la Inteligencia Extranjera, así como su uso del privilegio de defensa de secretos de estado, que permiten al gobierno bloquear la divulgación de información que considere como riesgo a la seguridad nacional.
Los tres musulmanes, Yassir Fazaga, Ali Malik y Yasser Abdel Rahim, afirman que la ley de vigilancia violó sus derechos religiosos y permitió al gobierno evadir su responsabilidad.
También lea Corte Suprema de EE.UU. permite a tres musulmanes demandar al FBIPatrick Toomey, un abogado del Proyecto de Seguridad Nacional de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU), dijo a los reporteros la semana pasada que “este caso tiene implicaciones significativas para casos donde la rama ejecutiva invoca el privilegio de secretos de estado en un esfuerzo para bloquear responsabilidad por otros tipos de conductas ilegales del gobierno, especialmente en las dos décadas transcurridas desde el 11 de septiembre” de 2001, cuando terroristas de Al Qaeda mataron casi 3.000 personas en EE. UU.
Musulmanes en California dijeron haber reportado al informante al FBI cuando este comenzó a preguntar a varias personas sobre el “yihadismo violento”.
Hussam Ayloush, un líder musulmán en el área de Los Ángeles, dijo que los musulmanes en EE. UU. “aspiran a que se aclare cómo un gobierno y una agencia federal encargados de protegernos a todos continúa sus intentos de tratar a los musulmanes como ciudadanos de segunda clase”.
“El resultado de este caso tendrá un impacto en todos los estadounidenses, no solo los musulmanes”, añadió Ayloush. ¿Puede alguien ser espiado por el gobierno por algo tan simple como elegir su religión?”.
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