El Departamento de Estado de Estados Unidos condenó el domingo "las elecciones impuestas el 30 de julio con el fin de elegir a una Asamblea Nacional Constituyente" y advirtió que continuará "adoptando medidas enérgicas y expeditivas contra los artífices del autoritarismo en Venezuela".
Según el Departamento de Estado la Constituyente pretende "reemplazar a la Asamblea Nacional que fue elegida en forma legítima, y debilitar el derecho del pueblo venezolano a la autodeterminación".
El comunicado indica además que "Estados Unidos apoya al pueblo de Venezuela, y a sus representantes constitucionales, en su intento por volver a convertir a su país en una democracia plena y próspera. Seguiremos adoptando medidas enérgicas y expeditivas contra los artífices del autoritarismo en Venezuela, incluidos aquellos que participen en la Asamblea Nacional Constituyente como resultado de la elección viciada del día de hoy".
El Departamento de Estado reconoce en cambio que "el 16 de julio, millones de venezolanos expresaron abrumadoramente —con una voz alta y clara— su rechazo a una Asamblea Nacional Constituyente concebida para debilitar la democracia en Venezuela", pero indica que el presidente Maduro "ha dejado de lado las voces y las aspiraciones de la población venezolana".
Asimismo condena "el uso de la violencia por el régimen de Maduro contra ciudadanos que ejercen sus derechos de libertad de expresión, asociación y reunión pacífica" y ofrece condolencias a quienes han perdido a seres queridos durante las protestas.
Finalmente el Departamento de Estado "instó a los gobiernos del hemisferio y de todo el mundo a tomar medidas contundentes para que rindan cuentas todas las personas que socavan la democracia, niegan los derechos humanos, sean responsables de hechos de violencia y represión, o participen en prácticas corruptas".