EE.UU.: el debate por la deuda

La controversia entre demócratas y republicanos se centra también en el límite de la deuda.

Demócratas y republicanos siguen enfrascados en el Congreso en la discusión sobre cuánto reducir los gastos y cuán grande puede ser la deuda nacional.

Legisladores demócratas y republicanos reanudaron esta semana las discusiones en el Congreso de EE.UU. para poder llegar a un acuerdo sobre la reducción de la deuda nacional, después de arduos pero infructuosos esfuerzos por alcanzar un consenso bipartidista.

El vicepresidente de EE.UU., Joe Biden, se reunió con un grupo de legisladores demócratas y republicanos en el Capitolio para tratar de llegar a un acuerdo sobre las reducciones, y sobre todo para tratar de salvar las diferencias que existen en un bando y otro en cuanto a qué hacer con los impuestos y cuánto rebajar los gastos en materia de salud pública.

En el vórtice de la controversia está la imperiosidad de elevar el límite de la deuda, que actualmente se sitúa en $14,3 billones de dólares, y evitar una moratoria que podría malograr los esfuerzos que se hacen en el país por echar a andar de nuevo la economía.

El Departamento del Tesoro ha advertido si el Congreso no eleva el límite de la deuda para el 2 de agosto, Estados Unidos caería en un cese de pagos de sus préstamos, lo que podría desvertebrar los mercados financieros y empujar al país a una nueva recesión.

A pesar de que el asunto en la práctica se presta para regateos políticos y es lo que han estado haciendo en este caso los republicanos, históricamente el Congreso nunca ha dejado de elevar el llamado techo de la deuda por las consecuencias que ello tendría para la economía.

En 2006, cuando los demócratas estaban en minoría, votaron contra un incremento en el límite de la deuda confiados en que la mayoría republicana de entonces sumaría los votos necesarios para elevar el tope de endeudamiento y eludir una crisis fiscal.

Aunque ninguna votación es más desagradable para un legislador que la de autorizar un mayor endeudamiento de la nación, cada vez que el gobierno alcanza su límite de endeudamiento, la realidad es que el Congreso está obligado a tomar cartas en el asunto y a autorizar un tope mayor.

Sin embargo, los republicanos buscan reducir el gasto nacional durante los próximos 10 años y han dicho que todo aumento del límite de la deuda debe ir acompañado de un paquete de reducción del déficit de igual magnitud.

Por su parte, el gobierno ha advertido que es insensato reducir los gastos de forma tan drástica que afecte el crecimiento económico.

El líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, ha sido claro al afirmar que “no hay otra opción” puesto que el país no puede darse el lujo de incurrir en un cese de pagos de su deuda.