Un estudio reveló que más de 10 millones de ciudadanos estadounidenses hispanos podrían ser privados de su derecho a votar en la próxima elección presidencial.
Las nuevas leyes de votación que se han incorporado en 23 de los 50 estados del país afectan especialmente a la población de origen latinoamericano.
Los hispanos constituyen más del 10% de las personas elegibles para votar. Si muchos de ellos no pueden acceder a las urnas en noviembre próximo, el resultado de la elección podría verse afectado.
El estudio, realizado por la agrupación de derechos civiles Advancement Project, explica que las nuevas leyes de votación de 16 estados excluyen de la elección a personas de las que se sospecha no son ciudadanos. Esto, según la organización, margina injustamente a los hispanos.
Otra ley que ya está en efecto en un estado y que está pendiente en otros dos requiere que se pruebe la ciudadanía para registrarse para votar. Esto implica adquirir documentación que es costosa en términos económicos, lo que afecta a los ciudadanos naturalizados estadounidenses, especialmente a los latinos, según explica Advancement Project.
Nueve estados han aprobado una ley que exige una identificación con foto para votar, lo que afectaría a los hispanos que son ciudadanos pero que no tienen todavía una cédula.
Las legislaturas lideradas por republicanos en varios estados han aprobado la mayoría de las nuevas leyes de votación desde que el partido ganó ampliamente las elecciones estatales y locales en 2010. El objetivo de estas leyes, según dicen, sería prevenir el fraude en las votaciones.
Los detractores, en cambio, dicen que estas iniciatuvas están destinadas a reducir la participación en grupos que típicamente apoyan a los demócratas.
El voto hispano puede ser crucial en estados donde la elección se ve muy reñida, como Colorado, Nevada y Florida.
Las nuevas leyes de votación que se han incorporado en 23 de los 50 estados del país afectan especialmente a la población de origen latinoamericano.
Los hispanos constituyen más del 10% de las personas elegibles para votar. Si muchos de ellos no pueden acceder a las urnas en noviembre próximo, el resultado de la elección podría verse afectado.
El estudio, realizado por la agrupación de derechos civiles Advancement Project, explica que las nuevas leyes de votación de 16 estados excluyen de la elección a personas de las que se sospecha no son ciudadanos. Esto, según la organización, margina injustamente a los hispanos.
Otra ley que ya está en efecto en un estado y que está pendiente en otros dos requiere que se pruebe la ciudadanía para registrarse para votar. Esto implica adquirir documentación que es costosa en términos económicos, lo que afecta a los ciudadanos naturalizados estadounidenses, especialmente a los latinos, según explica Advancement Project.
Nueve estados han aprobado una ley que exige una identificación con foto para votar, lo que afectaría a los hispanos que son ciudadanos pero que no tienen todavía una cédula.
Las legislaturas lideradas por republicanos en varios estados han aprobado la mayoría de las nuevas leyes de votación desde que el partido ganó ampliamente las elecciones estatales y locales en 2010. El objetivo de estas leyes, según dicen, sería prevenir el fraude en las votaciones.
Los detractores, en cambio, dicen que estas iniciatuvas están destinadas a reducir la participación en grupos que típicamente apoyan a los demócratas.
El voto hispano puede ser crucial en estados donde la elección se ve muy reñida, como Colorado, Nevada y Florida.