La campaña republicana en pos de la Casa Blanca se traslada este sábado a Carolina del Sur, un estado considerado clave por los aspirantes de ese partido para obtener la nominación presidencial de cara a los comicios del 2012.
Los precandidatos vuelven a medir fuerzas frente a los votantes republicanos, en un nuevo debate electoral que esta vez tiene como escenario el colegio universitario de Wofford, en la ciudad de Spartanburg, donde los tópicos centrales serán seguridad nacional y política exterior.
Todos los ojos de la campaña están puestos ahora en Carolina del Sur, porque las primarias del próximo 21 de enero serán allí las terceras en la nación, y hasta ahora ninguno de los precandidatos está considerado como un fuerte favorito en ese estado.
El debate promete ser de vital importancia especialmente para dos aspirantes a la nominación, el empresario Herman Cain, y el gobernador de Texas, Rick Perry, quienes buscan recuperar el apoyo perdido entre los votantes, según las encuestas, que en su mayoría siguen dando preferencias al ex gobernador de Massachusetts, Mitt Romney.
Cain ha estado en el foco de la atención pública por acusaciones de acoso sexual hechas en su contra por varias mujeres cuando el empresario estaba el frente a la Asociación Nacional de Restaurantes hace más de una década.
El gobernador Perry decepcionó nuevamente a muchos en las filas republicanas cuando en el último debate llevado a cabo en Detroit hace tres días, inexplicablemente olvidó el nombre de una de las tres agencias del gobierno que de llegar a la presidencia dijo que planea suprimir.
El de Carolina del Sur será el primer debate al que el ex presidente de la Cámara de Representantes, Newt Gingrich, llega con un resurgido apoyo a su favor, según sondeos.
Una encuesta difundida el viernes por la cadena CBS mostró que a pesar de cuánto hayan podido afectar las acusaciones de acoso sexual a Cain, el empresario va a este nuevo debate con 18 por ciento de apoyo de los electores.
El mismo sondeo concedió 15 por ciento de respaldo al ex gobernador Romney, a quien dio empatado con Gingrich, y muy por delante de Perry (8 por ciento).
Otra encuesta, de McClatchy-Marist, también puso de relieve el aumento de popularidad de Gingrich, con 19 por ciento, hombro a hombro con Cain y sólo superado por Romney, hasta ahora uno de los indiscutidos favoritos.