El presidente Barack Obama dijo que no existe una fórmula mágica para reducir el precio de la gasolina de inmediato, pero que hay varias cosas que los estadounidenses sí pueden hacer a corto y largo plazo para hacerle frente al problema energético.
Obama señaló en su mensaje semanal de los sábados que entre esas cosas está el lograr una producción segura y responsable de petróleo en la nación, a lo cual su gobierno ya está dedicado. “De hecho, el año pasado, la producción de petróleo en EE.UU. alcanzó su más alto nivel desde el 2003”, dijo.
También se refirió al anuncio hecho el jueves de que se había creado un equipo para investigar casos de fraude o manipulación del mercado del petróleo por parte de especuladores para afectar el precio de la gasolina, y precisó que el gobierno quiere asegurarse “de que nadie se esté aprovechando del pueblo estadounidense para beneficio propio a corto plazo”.
El presidente dijo que otro de los pasos que se está dando es el de “finalmente poner fin a los subsidios de $4,000 millones que reciben las empresas de petróleo y gas todos los años de parte de los contribuyentes”.
Destacó que eso ocurre en un momento en que esas compañías están teniendo ganancias sin precedentes y los estadounidenses están pagando precios récord por el combustible. “Eso debe parar”, indicó.
Obama subrayó que “en vez de subsidiar las fuentes de energía del pasado, debemos invertir en las del futuro (…) en energía limpia y renovable”, y añadió que a largo plazo, “esa es la respuesta” para ayudar a las familias cuando tienen que comprar gasolina y para “reducir nuestra dependencia de petróleo extranjero”.
Por eso dijo discrepar firmemente de una propuesta presentada en el Congreso que reduce en 70 por ciento la inversión en energía limpia.
“Debemos eliminar el despilfarro (…) estamos examinando cada partida del presupuesto en busca de formas de ahorrar, pero lo podemos hacer sin sacrificar nuestro futuro”, puntualizó.
Según una reciente encuesta del diario The New York Times y la cadena CBS, el 70 por ciento de los estadounidenses considera que el país va por mal camino y los analistas le atribuyen esa percepción al alto precio alcanzado por la gasolina, que en muchas partes del país ya sobrepasó los $4 dólares el galón.