Una mayoría de los latinos en Estados Unidos, el 54 por ciento, consideran que la crisis económica que comenzó en 2007 los ha golpeado más a ellos que a ninguna otra comunidad en el país, según una encuesta.
El sondeo, realizado por el Centro Hispano Pew, reveló que el 59 por ciento de los hispanos entrevistados reportaron haber estado sin trabajo el último año, y el 75 por ciento dijo que sus finanzas personales están en mal estado o son medianamente aceptables.
El 49 por ciento de los encuestados dijeron haber cancelado o prorrogado compras importantes durante los últimos 12 meses, y el 28 por ciento de los propietarios de viviendas confesaron que sus hipotecas están “bajo el agua”, o sea, que deben más de lo que valen las casas (el promedio nacional es de 14 por ciento).
Por largo tiempo los latinos, que suman unos 50 millones y constituyen el 16 por ciento de la población del país, han estado a la zaga en materia de bienestar económico en comparación con otros estadounidenses, pero las cifras del sondeo indican que esa brecha se ha ampliado desde 2005.
El Centro Hispano Pew citó como ejemplo que entre ese año y el 2009, la riqueza promedio por hogar latino disminuyó 66 por ciento, mientras que entre los estadounidenses negros cayó 53 por ciento y entre los blancos sólo 16 por ciento.
También precisó que la tasa de desempleo entre los latinos era de 11 por ciento en diciembre del año pasado, cuando al comienzo de la recesión en 2007 se situaba en 6,3 por ciento. En ese mismo periodo el promedio nacional se incrementó de 5,0 a 8,5 por ciento.
En adición, señaló, entre 2006 y 2010, la tasa de pobreza entre los hispanos creció de 20,6 a 26.6 por ciento, un aumento que contrasta con el registrado entre los estadounidenses blancos, que fue de 8,2 a 9,9 por ciento.
Según otros comparables difundidos por el centro, sólo el 24 por ciento de los latinos consideran que sus finanzas están en forma buena o excelente, comparados con el 38 por ciento entre el público en general.
No obstante, los hispanos son más optimistas que el resto de la población. El 67 por ciento dijeron esperar que su situación mejore en un año. Sólo el 58 por ciento del público en general dijo pensar de la misma manera.