Seis miembros de la Policía Nacional de Honduras fueron acusados ante una corte federal, en Mahattan, de conspirar para importar cocaína a Estados Unidos, tráfico de armas de fuego y delitos conexos.
El fiscal del Distrito Sur de Nueva York, Preet Bharara, y el encargado de Operaciones Especiales de la Agencia Antidrogas (DEA), quienes presentaron la acusación, indicaron también que Fabio Lobo, hijo del expresidente Porfirio Lobo, trabajaba con los policías acusados.
Los funcionarios Ludwig Criss Zelaya Romero, Mario Guillermo Mejía Vargas, Juan Manuel Ávila Meza, Carlos José Zavala Velásquez, Víctor Oswaldo López Flores y Jorge Alfredo Cruz Chávez habrían aceptado recibir aproximadamente $100 000 cada uno y pagar a sus subordinados un total de unos $200 000 adicionales, en sobornos, para proveer seguridad armada durante el tránsito de la droga por Honduras.
La corte donde se presentaron los cargos está presidida por la jueza de distrito Lorna Schofield y es la misma donde Fabio Porfirio Lobo, hijo del expresidente Porfirio Lobo Sosa, se declaró culpable de narcotráfico, en mayo de 2016.
La acusación indica que entre 2004 y aproximadamente 2014, organizaciones de narcotráfico de Honduras y otras partes trabajaron con los acusados y otros para recibir varias cargas de cientos de kilogramos de cocaína procedentes de Venezuela y Colombia, por vía marítima y aérea, y transportarlas hacia la frontera con Guatemala, en el occidente de Honduras, y eventualmente a Estados Unidos.
Los fiscales afirman que en el curso de su delito los acusados, que no han sido detenidos, sobornaron a funcionarios públicos, incluidos ciertos miembros de la Policía Nacional de Honduras, para obtener acceso a información sobre investigaciones, puntos de control militares y policiales y operativos de interdicción de drogas.
La fiscalía asegura que el hijo del expresidente Lobo es uno de los que participaron en apoyar las actividades de narcotráfico. Lobo habría acordado proveer seguridad y apoyo logístico para el transporte de la droga en Honduras, que él creía era del Cartel de Sinaloa de México.
Alrededor de junio de 2014, indica la acusación, Lobo presentó a los policías a dos individuos que creía eran narcotraficantes mexicanos y discutió con todos ellos la ruta que seguiría la cocaína, apoyado en un mapa de Honduras donde se señalaban los puntos de control, y el monto que cada uno recibiría por su participación.
Lobo fue arrestado en Haití, en mayo de 2015, extraditado a Estados Unidos y un año después se declaró culpable en la corte de la jueza Schofield. Él será sentenciado el 15 de septiembre de 2016 y enfrenta una condena mínima de 10 años de cárcel y máxima de cadena perpetua.
Los policía acusados en la conspiración, enfrentan sentencias mínimas de 10 y 40 años de cárcel y máxima de cadena perpetua.
El gobierno de Honduras declaró recientemente una "situación de emergencia" y creó una Comisión Especial para investigar la corrupción y expulsar o suspender a agentes de la Policía Nacional, entre otras sanciones. La Comisión ya ha sancionado a varios agentes policiales.