El sábado 15 de febrero se celebró en Miami, la segunda edición de Venexodo2020, la organización solidaria de estudiantes del Miami Dade College que comenzó en 2018 y continúa recaudando fondos para Venezuela.
Antonio Bonaduce, estudiante venezolano, originario de Lechería (estado Anzoátegui) y actualmente en la carrera de Relaciones Internacionales, dijo a la Voz de América que la idea surgió a partir del Plan País, “y nos preguntábamos qué nosotros podíamos aportar”.
“Venexodo nació con la iniciativa, precisamente, de hacer país”, añadió el joven en las instalaciones del Koubek Center, institución de acogida del evento, que partió con la presentación de los jóvenes organizadores, la proyección de un documental sobre la resistencia venezolana en varias ciudades y los distintos proyectos que se han unido a Venexodo.
Las voces solidarias
Entre los asistentes estuvo Marisol Diéguez, coordinadora del Programa de Ayuda Humanitaria para Venezuela (PAHV), quien llegó animada por el entusiasmo de los más jóvenes.
“Con estos chicos que nos han invitado hoy nos sentimos muy agradecidos, porque vemos que los jóvenes, a pesar de todos los embates del mal tiempo, ellos no pierden la esperanza”, señaló Diéguez a VOA Noticias.
La organización PAHV fue fundada el 12 de febrero de 2014 y se dedica al envío de insumos médicos, primordialmente, así como alimentos nutricionales no perecederos “para casi 1 millón 300 mil con desnutrición severa y muchos ancianos en las casas-hogares”, agrega.
Diéguez agradeció la colaboración de ocho países europeos, personas en el Medio Oriente, la costa este de Estados Unidos y los aliados que tienen localmente.
“Hemos podido recaudar, clasificar, colocar, en inventario, enviar y entregar a cien instituciones aprobadas por el gobierno americano casi tres millones de libras de insumos médicos (…) en 19 estados de Venezuela”, concluyó.
Motivados por el cambio
La joven colombiana Ana Gutiérrez relató uno de los principios de su adhesión al proyecto; dijo que a los 13 años de edad vio cómo su mejor amigo fue asesinado en la calle. “Como colombiana me siento orgullosa de servir con mi ayuda a las poblaciones que han quedado desamparadas por los peligros que afrontan”, afirmó.
Luis Ángelo Martin, venezolano y también coordinador de la organización, explicó parte de la misión y enfatizó que el grupo “nace de la impotencia de la juventud inmigrante al no poder cumplir sus sueños en su país de origen y más aún el riesgo de perder la libertad, los derechos humanos y hasta la vida”.
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Sin embargo, relató que: “tuve que dejar a mi país por múltiples situaciones, aunque la decisiva fue cuando a mi madre la asaltaron violentamente en las calles de Caracas”. Su madre sobrevivió al suceso.
El guatemalteco Diego Mansilla contó que se unió al grupo cuando los demás ya estaban involucrados en un proyecto que recolectaba ropa y ayuda para los venezolanos que cruzan la frontera, allí se percató de que no es un asunto exclusivamente de venezolanos, reitera.
Desde entonces, Mansilla creó el proyecto Brazaletes de Esperanza, cuyos fondos van directamente a la ayuda que prestan a los venezolanos.
El evento concluyó con una muestra de artes plásticas, dos bandas de artistas inquietos que a través de la música expresan su fuerza; y la exposición “Escribe tu historia”, en la que ya compilan decenas de relatos de inmigrantes y los exhiben colgados en un cordel.
“Que esto no sea solo por Venezuela, sino por el mundo entero”, conminó Martin ante el auditorio.