Tras el anuncio de la sentencia del líder político opositor de Venezuela Leopoldo López, la Casa Blanca no descartó imponer nuevas sanciones contra funcionarios venezolanos.
El vocero de la Casa Blanca, Josh Earnest, respondió el viernes a los llamados de legisladores para reforzar ese tipo de medidas, tras el dictamen.
“Consideraremos una serie de opciones mientras trabajamos con otros países en el hemisferio occidental para aplicar presión al gobierno venezolano y para dejar claro que otros estados en el hemisferio priorizan, no sólo el respeto, sino incluso, la protección de los derechos humanos fundamentales”, dijo Earnest.
En el Departamento de Estado, el vocero John Kirby, reiteró que los cargos fueron “políticamente motivados e “ilegítimos”.
“La decisión de la corte genera gran preocupación sobre la naturaleza política del proceso judicial y el veredicto, y el uso del sistema judicial venezolano para oprimir y castigar a los críticos del gobierno”, indicó.
Sin embargo, en respuesta a la Voz de América, el portavoz del Departamento de Estado dijo que esto no tendrá efecto en el acercamiento diplomático entre ambas naciones iniciado en abril y que continuó esta semana con una llamada entre el secretario de estado John Kerry y la canciller de Venezuela, Delcy Rodríguez.
“Obviamente no estamos de acuerdo con esta sentencia. Dicho esto, ésta es una relación en la que estamos al inicio de tratar de mejorar, y creo que también nos verán persistir en esos esfuerzos”, señaló Kirby.
Pero no todos están en acuerdo con ese enfoque. El candidato a la presidencia, y senador republicano de Florida, Marco Rubio, sugirió que el acercamiento entre Washington y Caracas debe finalizar y tildó la acción como una “noción ingenua” de parte de la Casa Blanca.