Durante una reunión con líderes de negocios el miércoles discutió sobre sus propuestas para evitar el abismo fiscal y expresó que confía en llegar a un acuerdo a más tardar en una semana.
El presidente Barack Obama se reunió el miércoles con líderes de negocios en Washington para discutir sobre la importancia de llegar a un acuerdo en el Congreso para la aprobación de un plan balanceado que proteja a la clase media y advirtió a los republicanos que de no ir por ese camino se corre el riesgo de volver a caer en un “debacle financiero” como el que atravesó el país en el 2011.
“Ese es un juego que no voy a jugar”, refiriéndose a la posibilidad de tener que lidiar el próximo año con un déficit fiscal y una profunda recesión de no extenderse el crédito tributario para la clase media.
Pero al mismo tiempo reiteró que no aceptará ningún acuerdo que no incluya un aumento de impuestos para los más ricos.
El presidente Obama señaló también que es de su conocimiento que los republicanos están considerando aceptar un aumento de los impuestos para la clase adinerada como una manera de impedir el amenazante abismo fiscal y luego regresar el próximo año con más fuerza para aprobar recortes en los gastos de la Casa Blanca en intercambio de un aumento del límite de la deuda del gobierno.
Pero advirtió que esta sería “una mala estrategia para el país, una mala estrategia para los negocios”.
Barack Obama expresó su confianza de que se aprobará finalmente un plan en una semana porque “Nadie más que yo quiere que lleguemos a un acuerdo antes de fin de año”, dijo.
“Ese es un juego que no voy a jugar”, refiriéndose a la posibilidad de tener que lidiar el próximo año con un déficit fiscal y una profunda recesión de no extenderse el crédito tributario para la clase media.
Pero al mismo tiempo reiteró que no aceptará ningún acuerdo que no incluya un aumento de impuestos para los más ricos.
El presidente Obama señaló también que es de su conocimiento que los republicanos están considerando aceptar un aumento de los impuestos para la clase adinerada como una manera de impedir el amenazante abismo fiscal y luego regresar el próximo año con más fuerza para aprobar recortes en los gastos de la Casa Blanca en intercambio de un aumento del límite de la deuda del gobierno.
Pero advirtió que esta sería “una mala estrategia para el país, una mala estrategia para los negocios”.
Barack Obama expresó su confianza de que se aprobará finalmente un plan en una semana porque “Nadie más que yo quiere que lleguemos a un acuerdo antes de fin de año”, dijo.