La Cámara de Representantes votó este martes contra un plan de recorte tributario apoyado por el presidente Barack Obama, al tiempo que éste alertaba a los legisladores que no aprobarlo significa poner en peligro la recuperación económica del país.
Los congresistas se apoyaron en su mayoría republicana para rechazar el plan 229 votos contra 193 y devolverlo al Senado, que lo había aprobado con apoyo bipartidista el sábado pasado tras la cual los legisladores de la cámara alta recesaron sus labores y se fueron a disfrutar de sus vacaciones navideñas.
La medida buscaba prorrogar por otros dos meses una exención fiscal que reduce 2 por ciento de lo que aportan los trabajadores a la Seguridad Social, y ante la imposibilidad de extenderla por otro año los senadores acordaron al menos hacerlo por dos meses más, pero los representantes echaron por tierra la medida.
Además de ese alivio tributario, de no llegarse a un acuerdo, casi dos millones de estadounidenses podrían quedarse sin beneficios por desempleo en enero.
Obama dijo a periodistas en la Casa Blanca, que no es ningún juego que las familias no dispongan el año entrante de unos miles de dólares más en sus ingresos por la negativa a extender la rebaja impositiva que beneficia a unos 160 millones de estadounidenses y que expira en poco más de una semana, el 31 de diciembre.
“Tampoco es un juego para millones de estadounidenses que se afectarán porque la economía crecerá más lentamente”, dijo Obama ante la expectativa de que el Congreso quede nuevamente empantanado por sus discrepancias políticas en torno a su política de estímulo económico.
“No importa quien es demócrata o republicano, hay que trabajar en equipo (…) y poner a un lado la política (…) Ya tendremos tiempo para ocuparnos de nuestras diferencias”, dijo el presidente, quien agregó que ahora hay que “dar a los estadounidenses la seguridad que necesitan” durante las fiestas de fin de año.