El gobierno de EE.UU. busca frenar la llegada masiva de niños indocumentados a través de programas para combatir la violencia y fomentar el desarrollo económico en Centroamérica.
En medio de la llamada “crisis humanitaria” por el alto flujo de niños indocumentados que están ingresando a EE.UU., la Casa Blanca anunció la implementación de nuevos programas y el fortalecimientos de los ya existentes en Centroamérica para revertir la situación que atraviesa el país.
El anuncio al mismo tiempo reiteró que los niños, muchos de ellos acmpañados de sus madres que son aprehendidos en su intento por cruzar la frontera sur con Estados Unidos, serán definitivamente deportados y que no están protegidos por ningún beneficio migratorio.
En primer lugar, el gobierno de EE.UU. reiteró que su prioridad es ofrecer la asistencia necesaria para garantizar el buen trato a esta población infantil gracias al trabajo coordinado con varias agencias, como albergue, alimento y servicios médicos.
Pero al mismo tiempo, el gobierno ha expresado especial atención en implementar programas que ayuden a combatir la pobreza, la violencia y el tráfico humano que se vive en los países de Centroamérica y que son considerados las principales causas por las que las mujeres y niños deciden emigrar a Estados Unidos.
La Casa Blanca también reitera que el propósito final es que estos menores de edad que ingresan de forma ilegal al país sean deportados, pero al mismo tiempo asegurarse que reciban los recursos necesarios para el proceso de reintegración en sus países.
Entre los nuevos programas, EE.UU. asignará $9.6 millones de dólares a los gobiernos
de El Salvador, Guatemala y Honduras para invertir en sus centros existentes de
repatriación y proveer entrenamiento a sus oficiales de inmigración en cuanto al trato de los migrantes, así como incrementar su capacidad en cuanto a servicios para los que sean deportados a sus países.
En Guatemala asignará $40 millones de dólares para, junto con USAID, crear un programa para fomentar la seguridad ciudadana. En El Salvador iniciarán un plan de $25 millones de dólares para prevenir el crimen y la violencia.
De igual manera a Honduras le asignarán un fondo de más de $18 millones de dólares para fortalecer la labor de la policía y apoyar 40 centros para la juventud.
Se espera que el vicepresidente Joe Biden, quien se encuentra reunido en Guatemala con los presidentes centroamericanos comparta estas propuestas y establezca los vínculos para el trabajo conjunto para encarar la crisis.
El anuncio al mismo tiempo reiteró que los niños, muchos de ellos acmpañados de sus madres que son aprehendidos en su intento por cruzar la frontera sur con Estados Unidos, serán definitivamente deportados y que no están protegidos por ningún beneficio migratorio.
En primer lugar, el gobierno de EE.UU. reiteró que su prioridad es ofrecer la asistencia necesaria para garantizar el buen trato a esta población infantil gracias al trabajo coordinado con varias agencias, como albergue, alimento y servicios médicos.
Pero al mismo tiempo, el gobierno ha expresado especial atención en implementar programas que ayuden a combatir la pobreza, la violencia y el tráfico humano que se vive en los países de Centroamérica y que son considerados las principales causas por las que las mujeres y niños deciden emigrar a Estados Unidos.
La Casa Blanca también reitera que el propósito final es que estos menores de edad que ingresan de forma ilegal al país sean deportados, pero al mismo tiempo asegurarse que reciban los recursos necesarios para el proceso de reintegración en sus países.
Entre los nuevos programas, EE.UU. asignará $9.6 millones de dólares a los gobiernos
de El Salvador, Guatemala y Honduras para invertir en sus centros existentes de
repatriación y proveer entrenamiento a sus oficiales de inmigración en cuanto al trato de los migrantes, así como incrementar su capacidad en cuanto a servicios para los que sean deportados a sus países.
En Guatemala asignará $40 millones de dólares para, junto con USAID, crear un programa para fomentar la seguridad ciudadana. En El Salvador iniciarán un plan de $25 millones de dólares para prevenir el crimen y la violencia.
De igual manera a Honduras le asignarán un fondo de más de $18 millones de dólares para fortalecer la labor de la policía y apoyar 40 centros para la juventud.
Se espera que el vicepresidente Joe Biden, quien se encuentra reunido en Guatemala con los presidentes centroamericanos comparta estas propuestas y establezca los vínculos para el trabajo conjunto para encarar la crisis.