Estados Unidos y Perú suscribieron el jueves un acuerdo secreto de interceptación no letal de aeronaves sospechosas del narcotráfico, lo que implica que no se les disparará cuando se les detecte en el espacio aéreo peruano, sino se les persuadirá para que lo abandonen.
La firma del documento estuvo a cargo de la canciller peruana Ana Gervasi y la embajadora estadounidense Lisa Kenna, en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Perú.
El convenio “establece los términos en los que el Perú recibirá el apoyo logístico y la asistencia operativa de Estados Unidos para la intervención de aeronaves involucradas con el narcotráfico”, dijo la cancillería en una nota de prensa.
Según datos del Ministerio de Defensa, de enero a julio de 2023 ingresaron en territorio peruano unas 700 avionetas sospechosas de transportar droga que luego se dirigieron hacia el exterior.
También lea Ecuador emite reglamento que busca proteger a la prensa del crimen organizadoAunque no se conocen detalles del acuerdo y la ceremonia se realizó sin la presencia de la prensa, Gervasi señaló que el acuerdo fortalecerá las acciones de la Fuerza Aérea peruana contra el narcotráfico.
El sábado, el ministro de Defensa, Jorge Chávez, había dicho a la radio RPP que el acuerdo sería "secreto, por eso que no puede ser público”, pero detalló que tiene nueve artículos, un anexo y un apéndice.
Ese día, Chávez leyó el concepto de “interceptación” previsto en el acuerdo y dijo que consiste en el “acto de aproximarse y mantenerse cerca de una aeronave” involucrada en narcotráfico —por parte de una aeronave de la Fuerza Aérea para rastreo e interceptación con el fin de identificar al aparato sospechoso “y si es necesario reorientarla a su ruta planificada, escoltarla fuera del espacio aéreo restringido o prohibido o darle la orden de aterrizar”.
The Associated Press preguntó por detalles del acuerdo a la cancillería y al Ministerio de Defensa sin obtener una respuesta al momento.
De 1995 y 2001, Perú y Estados Unidos derribaron 14 avionetas de narcos que intentaban llevar pasta base de cocaína hacia Colombia, lo que propició una baja de los precios de la droga y de las hectáreas de cocales, según un informe de la CIA de 2008 y desclasificado en 2010.
En 2001, se canceló un programa conjunto tras el derribo por error de una avioneta que llevaba a cinco evangélicos estadounidenses. Dos murieron, entre ellos la misionera Veronica Bowers y su pequeña hija.
“Los Estados Unidos nos pusieron un veto de no poder dar mantenimiento a todo el sistema de radares y a todo aquel equipo que necesita accesorios y herramientas procedentes de los Estados Unidos y eso ha ido en perjuicio de realizar una verdadera interdicción mediante el sistema radárico para el aire y para hacer información real e intervención en tierra”, dijo el ministro de Defensa en la radio RPP.
El acuerdo fue criticado por expertos peruanos en temas del narcotráfico. “La interdicción no letal significa que la información de fuentes estadounidenses no puede ser usada para derribar avionetas en el aire, sino para interdictarlas en tierra”, dijo Ricardo Soberón, quien fue zar antidrogas peruano entre 2021 y 2022.
Explicó que esa información es “inservible” porque las camionetas policiales no podrían llegar a donde aterriza una avioneta del narcotráfico, usualmente en zonas muy remotas de la Amazonía peruana.
Perú es uno de los principales productores mundiales de cocaína, según la agencia antidrogas estadunidense DEA, y el segundo cultivador global de hoja de coca, según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.