El Senado de EE.UU, rechazó un par de proyectos de ley destinados a reducir el presupuesto federal para el año fiscal en curso que culmina en septiembre próximo.
La votación acentúa aún más las diferencias entre republicanos y demócratas y pone mucha más presión a las expectativas de que pueda llegarse a un acuerdo bipartidista antes de que el gobierno se paralice por falta de fondos.
Los demócratas, que son mayoría en el Senado, votaron 56 a 44 contra una propuesta republicana ya aprobada en la Cámara de Representantes que busca recortar casi $60.000 millones de dólares del actual presupuesto.
También rechazaron una propuesta originalmente presentada por demócratas para reducir una suma notablemente inferior, $6.200 millones de dólares.
La ley de gastos ya aprobada previamente y de manera provisional hasta el próximo 18 de marzo por ambas cámaras sólo incluye un recorte de $4.000 millones de dólares.
“Nuestra meta es proveer de fondos al gobierno para el resto del año y los venideros. Como no se trata sólo de algunas pocas semanas, vamos a llegar a un acuerdo universal”, dijo el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid.
Sin embargo, para el líder de la minoría republicana, el senador Mitch McConnell, los demócratas actuaron con poca seriedad porque a su juicio han hecho caso omiso a la necesidad de reducir el déficit federal y resolver la crisis presupuestaria.
Después de la votación en el Senado, el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, señaló en un comunicado que la exigencia de todos es controlar el déficit fiscal, e instó a los demócratas a que "presenten un plan serio para reducir el gasto".
La Casa Blanca ha dejado en claro que el presidente Barack Obama vetará la propuesta de recortes presentada por los republicanos por considerarla excesiva y perjudicial para la recuperación económica del país.
De acuerdo con una encuesta difundida por la agencia Reuters y la firma Ipsos coincidiendo con la votación en el Senado, la mayoría de los estadounidenses prefiere reducir el déficit federal recortando el gasto en defensa, en vez de sacar dinero de los programas de jubilación y de salud.
Según el sondeo, el 51 por ciento de los estadounidenses apoyan la reducción del gasto en defensa, y sólo el 28 por ciento optan por cortar los programas públicos de salud Medicare (para los mayores de 65 años) y Medicaid (para los pobres).