La primera dama es una arma fundamental en toda campaña política porque adhiere el ingrediente humano y familiar al candidato, según expertos.
Para nadie es un secreto que la primera dama Michelle Obama se ha convertido en pieza fundamental en la campaña política del partido demócrata en busca de la reelección del presidente Barack Obama.
Según los expertos no existe mejor arma que la esposa de un candidato político para dejar aflorar los más íntimos secretos familiares que humanizan la imagen del que postula a un puesto público. Y en este sentido Michelle cumple a carta cabal con su trabajo, no solo como dulce esposa sino también como primera dama y principal defensora de las políticas y puntos de vista de Barack Obama.
En este contexto y a menos de dos semanas para las elecciones el equipo de campaña ha enviado a Michelle a los estados claves para ayudar a su esposo a recuperar los puntos perdidos en las preferencias como resultado de los debates presidenciales.
Cabe destacar que según las últimas encuestas existe un escaso margen de diferencia entre el candidato Barack Obama y el republicano Mitt Romney. Jeremy Bird, director nacional de campo de la campaña de Obama, consideró que su esposa es una "campeona en ganar el apoyo del ciudadano común".
Encuestas previas han demostrado que Michelle Obama cuenta con más popularidad que el propio presidente Barack Obama y también está por encima del carisma de la esposa de Mitt Romney.
Según Anita McBride, quien dirigió la oficina de otra primera dama, Laura Bush, Michelle ahora se muestra más desenvuelta y cómoda frente al público en comparación con la campaña anterior y “aporta mucha energía y está aquí para ganar la elección", afirmó.
La primera dama se encuentra cumpliendo una agitada agenda y fue ovacionada en Wisconsin el martes; el jueves viaja a Hollywood para aparecer en el programa nocturno de Jimmy Kimmel en la televisión y para recaudar fondos con el actor Will Smith.
Según los expertos no existe mejor arma que la esposa de un candidato político para dejar aflorar los más íntimos secretos familiares que humanizan la imagen del que postula a un puesto público. Y en este sentido Michelle cumple a carta cabal con su trabajo, no solo como dulce esposa sino también como primera dama y principal defensora de las políticas y puntos de vista de Barack Obama.
En este contexto y a menos de dos semanas para las elecciones el equipo de campaña ha enviado a Michelle a los estados claves para ayudar a su esposo a recuperar los puntos perdidos en las preferencias como resultado de los debates presidenciales.
Cabe destacar que según las últimas encuestas existe un escaso margen de diferencia entre el candidato Barack Obama y el republicano Mitt Romney. Jeremy Bird, director nacional de campo de la campaña de Obama, consideró que su esposa es una "campeona en ganar el apoyo del ciudadano común".
Encuestas previas han demostrado que Michelle Obama cuenta con más popularidad que el propio presidente Barack Obama y también está por encima del carisma de la esposa de Mitt Romney.
Según Anita McBride, quien dirigió la oficina de otra primera dama, Laura Bush, Michelle ahora se muestra más desenvuelta y cómoda frente al público en comparación con la campaña anterior y “aporta mucha energía y está aquí para ganar la elección", afirmó.
La primera dama se encuentra cumpliendo una agitada agenda y fue ovacionada en Wisconsin el martes; el jueves viaja a Hollywood para aparecer en el programa nocturno de Jimmy Kimmel en la televisión y para recaudar fondos con el actor Will Smith.