Los indocumentados deberán aprender inglés, registrarse biométricamente, no tener antecedentes penales y ponerse en la lista de espera.
A menos de una semana de haber terminado las elecciones presidenciales, republicanos y demócratas están demostrando mayor interés por abordar el olvidado tema de la reforma migratoria.
Una dupla bipartidista del Senado presentó el esbozo de un proyecto de ley que permitiría salir de las sombras a los 11 millones de indocumentados que viven en EE.UU.
El demócrata Chuck Schumer y el republicano Lindsay Graham salieron a la palestra política para retomar el debate migratorio en el Congreso basados en la teoría de que la mayoría de estadounidenses apoyan una inmigración legal y se oponen rotundamente a una ilegal.
Al mismo tiempo coincidieron en que el primer esquema del proyecto buscará el apoyo bipartidista y será un plan que permita a los indocumentados registrarse biométricamente, deberán empezar a pagar impuestos, pagar una multa por haber violado la ley de inmigración y se pongan en la fila.
En una entrevista para la cadena CBS, Graham fue muy claro en que estas personas “no pueden meterse a la fila por consideración a las personas que lo están haciendo de la manera correcta, y puede llevar más de una década para que obtengan su tarjeta de residencia o Green Card”.
El plan también contempla la creación de un documento seguro para garantizar a los empleadores que están contratando trabajadores autorizados e incluirá un proceso para la inmigración legal de trabajadores que se necesiten para los diferentes sectores de la industria y la producción de EE.UU.
De igual manera abriga un camino a la ciudadanía, pero deberán aprender el idioma inglés, tener un empleo, no cometer delitos y esperar su turno.
Cabe mencionar que el líder de la Cámara de Representantes, Boehner dijo que era momento de abordar la política migratoria aunque no dio detalles e instó al presidente reelecto presentar un proyecto viable para lograr la reforma migratoria con apoyo bipartidista.
Una dupla bipartidista del Senado presentó el esbozo de un proyecto de ley que permitiría salir de las sombras a los 11 millones de indocumentados que viven en EE.UU.
El demócrata Chuck Schumer y el republicano Lindsay Graham salieron a la palestra política para retomar el debate migratorio en el Congreso basados en la teoría de que la mayoría de estadounidenses apoyan una inmigración legal y se oponen rotundamente a una ilegal.
Al mismo tiempo coincidieron en que el primer esquema del proyecto buscará el apoyo bipartidista y será un plan que permita a los indocumentados registrarse biométricamente, deberán empezar a pagar impuestos, pagar una multa por haber violado la ley de inmigración y se pongan en la fila.
En una entrevista para la cadena CBS, Graham fue muy claro en que estas personas “no pueden meterse a la fila por consideración a las personas que lo están haciendo de la manera correcta, y puede llevar más de una década para que obtengan su tarjeta de residencia o Green Card”.
El plan también contempla la creación de un documento seguro para garantizar a los empleadores que están contratando trabajadores autorizados e incluirá un proceso para la inmigración legal de trabajadores que se necesiten para los diferentes sectores de la industria y la producción de EE.UU.
De igual manera abriga un camino a la ciudadanía, pero deberán aprender el idioma inglés, tener un empleo, no cometer delitos y esperar su turno.
Cabe mencionar que el líder de la Cámara de Representantes, Boehner dijo que era momento de abordar la política migratoria aunque no dio detalles e instó al presidente reelecto presentar un proyecto viable para lograr la reforma migratoria con apoyo bipartidista.