EE. UU. y Rusia ¿Doble juego del Gobierno de Venezuela?

Archivo- Un hombre sostiene banderas de Venezuela y Estados Unidos durante un acto político en Nueva York, el 17 de noviembre de 2006.

“Pragmatismo” es palabra clave en el proceso de acercamiento entre Estados Unidos y Venezuela, con el que, de acuerdo con los analistas, Maduro logra estabilidad en el poder y no percibe “amenazas significativas” en los próximos meses.

Cinco días después de la sorpresiva reunión del presidente Nicolás Maduro con una delegación de la administración Biden en Caracas, la vicepresidenta Delcy Rodríguez se encontró en Turquía con el canciller ruso, Serguei Lavrov, hecho que generó un mayor desconcierto entre muchos venezolanos

¿Cómo puede interpretarse el encuentro con Lavrov? ¿Puede entenderse como una doble jugada o como una afrenta a la Casa Blanca? ¿Cómo podría actuar Maduro en adelante, especialmente luego de “moderar” su discurso?, politólogos consultados por Voz de América exponen su opinión.

Víctor Maldonado, analista político y profesor de la Universidad Monteavila, considera que el gobierno venezolano “va a tratar de sacar la máxima ganancia posible” de su posición de ser un país “cortejado” tanto por Rusia como por Estados Unidos.

A su juicio, “el problema central del régimen” son las sanciones y le sería conveniente resolverlo “sin demasiada alineación”, aprovechando la “debilidad relativa” del gobierno estadounidense, que lo lleva a buscar en el hemisferio aliados seguros de carácter energético.

Para Maldonado, tras la visita de los emisarios de la Casa Blanca, hubo un “desplazamiento real” de la posición extrema que mantenía el gobierno, en la que no podía “jugar con comodidad”, especialmente ante una escalada del conflicto en Ucrania.

“Todo será visto, más que dicho”, aunque no surjan declaraciones formales de los gobiernos para garantizar coherencia entre sus principios y precedentes, explica.

Ante el interés de EE. UU. sobre el “reacomodo del acceso a recursos energéticos”, aunque deje “parcialmente” de lado el interés del restablecimiento democrático en Venezuela, el politólogo y representante del Movimiento Democracia e Inclusión, Nicmer Evans, dice no tener dudas de que Maduro está “en contra de la pared en la indefinición que se genera como consecuencia de las contradicciones discursivas e ideológicas”.

Evans apunta a que Maduro está generando una política para “su beneficio”, que gira en torno a todo aquello que pueda garantizar preservar el poder y piensa que está “obligado a realinearse para su propia conveniencia”.

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“Rusia, con el bloqueo que sufre, se convierte en un elemento de dificultad importante para la maniobra de los intereses de preservación del poder de Maduro, porque al bloquearse las cuentas en los bancos principales de Rusia, no sirve esa vía para hacer tránsfuga de sus recursos”, agregó.

Sin embargo, desde el punto de vista del politólogo disidente del chavismo, Venezuela no dejará de preservar la alianza con Rusia y se obliga a mantenerse “en un punto intermedio a favor de sus intereses”.

“Reunirse con el canciller ruso en Turquía es una acción de ratificación ante el Gobierno de EE. UU. ante la aparente importancia geoestratégica que puede representar Venezuela (…) La jugada es perfecta en la búsqueda de una apariencia de equilibrio y ponderación en las acciones diplomáticas, además hace suponer cosas que no podemos afirmar”, advierte.

Para Evans, se podría presumir que la vicepresidenta Delcy Rodríguez pudiera haber cumplido “alguna labor adicional”, consecuencia de los “derivados” de la conversación con la Casa Blanca.

“Ellos podrían decirle al Gobierno de EE. UU. que estaban realineando sus fuerzas en función de cumplir los objetivos (…) Hasta ahora esta jugada de ‘doble play’ le está saliendo bien, con el grave riesgo que implica el hecho de equivocarse ante unos compromisos que ya debió haber asumido con EE. UU. y que están en proceso”, destaca al insistir que Maduro no tiene mayor margen de “maniobrabilidad”.

Enderson Sequera, politólogo y director de la consultora Politiks, expone que el análisis de expertos petroleros deja claro que el acercamiento de EEUU no se trata de un interés meramente energético y va orientado a un “interés político desconocido”.

“A mi juicio, Biden está buscando que Maduro funja como mediador ante Vladimir Putin para buscar un alto al fuego a la invasión rusa en Ucrania”, plantea en relación al encuentro de Rodríguez y Lavrov.

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¿México y la oposición?

Si Maduro logra tender puentes directos con el Gobierno de EE. UU., “negociará con EE. UU.” y el papel de Juan Guaidó, considerado presidente interino de Venezuela por decenas de países, es “ineficaz”, considera Maldonado.

“Que EE. UU. haya dicho que sigue reconociendo a Guaidó forma parte del reclamo interno de un poco de congruencia a Biden, que está jugando con excesivo pragmatismo. Creo que las líneas están montadas, ya liberó a dos personas, es interés de EE. UU. presentarle a la sociedad norteamericana que vela prioritariamente por los derechos y la integridad de sus ciudadanos”, puntualiza Maldonado.

Respecto al regreso a México, que pudiera ocurrir el 24 de marzo, de acuerdo con información que maneja Evans, ya es parte de los acuerdos con EE. UU., que ya adelanta un proceso de negociación directo con Maduro, “un gobierno que dice no reconocer, pero con quien dialoga, con quien se reúne y con quien le reconoce el poder del control directo de la posibilidad de la extracción de petróleo”.

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¿Qué esperar?

Sequera coincide en que actualmente la Casa Blanca y Miraflores se encuentran en un proceso de construcción de confianza, uno de los tres objetivos de Maduro junto al levantamiento de sanciones y el reconocimiento internacional. En ese sentido, cree que es de esperarse que continúen intercambiando gestos para consolidar el proceso.

“No sería extraño que, en las próximas semanas, veamos más liberaciones de los gerentes de CITGO presos en Venezuela. Adicionalmente, Maduro moderará la retórica a favor de Rusia y abogará por la paz y la negociación”, estima.

El director de Politiks considera que Maduro jugará una partida que, por un lado, le permitirá fomentar relaciones de confianza con Estados Unidos y, por otro lado, seguirá mostrando apoyo a Rusia, aunque “disminuyendo la intensidad de la retórica para posicionarse como un mediador confiable”.

“La relación con Estados Unidos es potencial, la alianza con Rusia es real”, concluye y agrega que la ecuación podría cambiar por un cambio drástico sobre el terreno en la invasión rusa “ya sea a favor de Ucrania o de Rusia que altere los cálculos de Miraflores”.

Consultado por el acercamiento entre Venezuela y EE. UU., el embajador de Rusia en Venezuela, Sergey Melik-Bagdasárov, dijo el fin de semana que considera el viaje de la delegación de la Casa Blanca “como una señal de que han reconocido sus políticas equivocadas sobre Venezuela”.

“Es una evidencia que ahora aprendieron que aquí hay un solo gobierno, el del presidente Nicolás Maduro, no hay otro aquí. Es una evidencia de corrección de sus errores, intentando corregirlos, con el tiempo lo van a aprender con nosotros también”, aseguró en una entrevista transmitida a través del canal del Estado.

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