Los presidentes de las dos potencias no pudieron ponerse de acuerdo en cómo resolver el conflicto sirio y como deshacerse de Assad para iniciar las conversaciones de paz.
Los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama, y de Rusia, Vladimir Putin, fracasaron en intentar resolver las diferencias de opinión sobre la guerra civil en Siria, acordando únicamente que “sus opiniones no coinciden”.
La tensa reunión entre los jefes de estado terminó con declaraciones de los dos presidentes sentados rígidamente uno junto al otro en la que dejaron saber que difieren en cómo detener la guerra en Siria, en el futuro de Assad y en la entrega de armamento a los rebeldes.
“Por supuesto, nuestras opiniones no coinciden”, dijo Obama, “pero todos tenemos el propósito de detener la violencia en Siria, evitar que crezca el número de víctimas, y de resolver la situación de forma pacífica, lo cual incluye sentar a las partes a la mesa de negociaciones en Ginebra”.
La posición estadounidense y de la mayor parte de Europa es que Assad debe dejar el poder como parte de un arreglo negociado de paz, algo que rechaza Putin.
Por otro lado, Rusia es el mayor proveedor de armas del régimen sirio y el gobierno de Obama está a punto de comenzar a armar a los rebeldes.
Al final de la reunión, Obama intentó relajar las declaraciones disonantes.
“Hemos comparado notas sobre la experiencia en judo del presidente Putin y mis declinantes habilidades en el baloncesto. Y ambos hemos acordado que a medida que te vuelves más viejo toma más tiempo recuperarse”.
Putin alcanzó a responder: “El Presidente quiere que me relaje con su declaración sobre la edad”.
Sin embargo, en una declaración conjunta Obama y Putin acordaron fortalecer los esfuerzos que contribuyan a enfrentar la “amenaza” del terrorismo.
En la misma declaración se recoge la necesidad de “negar a los terroristas cualquier apoyo social o materiales”.
La tensa reunión entre los jefes de estado terminó con declaraciones de los dos presidentes sentados rígidamente uno junto al otro en la que dejaron saber que difieren en cómo detener la guerra en Siria, en el futuro de Assad y en la entrega de armamento a los rebeldes.
“Por supuesto, nuestras opiniones no coinciden”, dijo Obama, “pero todos tenemos el propósito de detener la violencia en Siria, evitar que crezca el número de víctimas, y de resolver la situación de forma pacífica, lo cual incluye sentar a las partes a la mesa de negociaciones en Ginebra”.
La posición estadounidense y de la mayor parte de Europa es que Assad debe dejar el poder como parte de un arreglo negociado de paz, algo que rechaza Putin.
Por otro lado, Rusia es el mayor proveedor de armas del régimen sirio y el gobierno de Obama está a punto de comenzar a armar a los rebeldes.
Al final de la reunión, Obama intentó relajar las declaraciones disonantes.
“Hemos comparado notas sobre la experiencia en judo del presidente Putin y mis declinantes habilidades en el baloncesto. Y ambos hemos acordado que a medida que te vuelves más viejo toma más tiempo recuperarse”.
Putin alcanzó a responder: “El Presidente quiere que me relaje con su declaración sobre la edad”.
Sin embargo, en una declaración conjunta Obama y Putin acordaron fortalecer los esfuerzos que contribuyan a enfrentar la “amenaza” del terrorismo.
En la misma declaración se recoge la necesidad de “negar a los terroristas cualquier apoyo social o materiales”.