La coalición liderada por Estados Unidos se retiró el domingo de la base militar en el norte de Irak que casi ocasionó una guerra abierta con el vecino Irán.
La Base Aérea K1 es la tercera en la región de la que se retiran las fuerzas extranjeras este mes, acatando la estrategia estadounidense de concentrar sus fuerzas en dos ubicaciones en Irak.
Un ataque con cohetes a esa base en diciembre mató a un contratista estadounidense y ocasionó una serie de ataques y contraataques entre Estados Unidos y milicias pro-iraníes. Los ataques culminaron en el asesinato por parte de Estados Unidos del general iraní Qassim Soleimani y el cabecilla de las milicias iraquíes Abu Mahdi al-Muhandis.
Las fuerzas de la coalición entregaron el control de la base K1 en Kirkuk a las fuerzas iraquíes, informó la coalición en un comunicado.
Equipos valorados en 1,1 millones de dólares fueron transferidos a los iraquíes, y unos 300 elementos partieron de las instalaciones.
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