Las autoridades de Estados Unidos prohibieron el aterrizaje de aviones de carga provenientes de Somalia tal y como habían hecho ya con los vuelos originados en Yemen.
La medida es una consecuencia directa del complot descubierto la semana pasada cuando terroristas en Yemen intentaron enviar paquetes con explosivos en vuelos de carga destinados a EE.UU.
En esa ocasión, gracias a información suministrada por los servicios secretos de Arabia Saudita, autoridades en Dubai y en el Reino Unido interceptaron dos bombas ocultas en cartuchos de tinta de impresoras enviados a EE.UU desde Yemen, vía Federal Express y UPS.
El grupo de Al Qaeda que opera en Yemen se adjudicó los envíos, el mismo que la pasada Navidad intentó hacer estallar explosivos en un vuelo entre Amsterdam y Detroit llevados ocultos en su ropa interior por un joven terrorista nigeriano.
A partir de ahora, además, los cargamentos considerados de alto riesgo no serán autorizados en vuelos de pasajeros, según dijo en un comunicado la secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano.
De acuerdo con la nueva disposición, el toner y los cartuchos de tinta de más de 16 onzas (unos 450 gramos) serán prohibidos en los vuelos de pasajeros, tanto en los equipajes de mano como en los despachados, en vuelos domésticos o internacionales, con destino a Estados Unidos.
“Las amenazas de terrorismo que enfrentamos son serias y en evolución, y estas medidas de seguridad reflejan nuestra determinación de emplear informes de inteligencia para estar a la delantera de los adversarios”, dijo el comunicado.
La semana pasada, el jefe de la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA, por sus siglas en inglés), John Pistole, viajó a Yemen para inspeccionar las instalaciones de carga en el aeropuerto de Saná, la capital, y reunirse con funcionarios yemeníes.
Tras el incidente de los paquetes-bomba, la TSA ha estado bajo escrutinio, y algunos legisladores pidieron a la agencia que reforzara la revisión de los cargamentos que llegan a EE.UU.