El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reiteró el martes desde la Casa Blanca que el examen médico del fin de semana fue "rutinario".
"Salí de allí muy rápido", dijo Trump a periodistas en la Casa Blanca al comienzo de una reunión con miembros del gabinete.
Las declaraciones fueron ofrecidas durante su primer evento público después de la visita que realizó el sábado al Centro Médico Militar Nacional Walter Reed.
También lea Trump se somete a examen médico anualLa Casa Blanca ofreció garantías adicionales el lunes por la noche sobre las declaraciones del presidente y su visita inesperada al hospital, la cual despertó algunas sospechas sobre la salud del mandatario.
El médico oficial de Trump, el comandante de la Marina de los EE.UU., Sean Conley, dijo por medio de un comunicad diciendo que el presidente se sometió "a una hora más o menos de exámenes, laboratorio y discusiones", pero "no fue sometido a ninguna evaluación cardiaca o neurológica especializada".
Conley afirmó que fue un "chequeo interno planificado como parte de la atención preventiva primaria y regular" que Trump recibe durante el año. Agregó que el presidente tendrá un "examen más completo después del Año Nuevo".
La visita no apareció en el programa diario de actividades de Trump publicado por la Casa Blanca, a diferencia de cuando realizó su examen físico anual en el mes de febrero.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Stephanie Grisham, emitió un comunicado anterior diciendo que Trump había comenzado por anticipado sus exámenes médicos anuales porque tenía un fin de semana libre y esperaba "un 2020 muy ocupado".
En una declaración separada, el domingo, Grisham dijo a VOA: "No vamos a entrar en los protocolos de seguridad y movimiento cuando se trata del Presidente, pero como mis declaraciones decían que estaba en buen estado de salud y que era un chequeo de rutina como parte de su examen físico anual. He dado muchas declaraciones sobre los registros que fueron veraces y precisos: la prensa que está tratando activamente de encontrar e informar teorías de conspiración necesita detenerse ".
En un tuit (temprano el domingo por la mañana), Trump escribió que había comenzado la "fase uno de mi examen físico anual. Todo muy bien (excelente). Se completará el próximo año".
El presidente, que tiene gusto por la carne roja y la comida rápida, no bebe alcohol ni fuma. No se sabe que haya tenido problemas médicos significativos desde que se convirtió en presidente en enero de 2017, pero tiene antecedentes de colesterol elevado y ha estado tomando una dosis baja diaria de aspirina para la salud cardíaca.
Otros chequeos
El 8 de febrero pasado, Trump se sometió a cuatro horas de pruebas de rutina en Walter Reed con Conley supervisando un panel de 11 especialistas certificados por la junta.
Luego del examen anual, Conley, en un memorando a la Casa Blanca, explicó que el presidente estaba "en muy buen estado de salud y anticipo que lo seguirá siendo mientras dure su presidencia y más allá".
Ese fue el segundo examen físico de este tipo. Se formularon preguntas sobre la verdadera salud del presidente después del primero examen en 2018.
El médico de la Casa Blanca en ese momento, el Contraalmirante de la Marina Ronny Jackson, declaró a Trump en "excelente salud", atribuyéndolo a "genes increíblemente buenos".
El médico también enunció que le había dicho al presidente que "podría vivir hasta los 200 años" si Trump solo comiera alimentos más saludables.
Después del examen físico de 2018, Jackson apuntó a los periodistas que el presidente pesaba 108 kilogramos (239 libras) y que razonablemente podría perder aproximadamente 4 a 7 kilogramos (10 a 15 libras).
Jackson también dijo que Trump se sometería a una colonoscopia en 2019. El procedimiento aparentemente no se realizó en febrero de este año.