Los estadounidenses deciden hoy martes quién dirigirá el futuro de la nación durante los próximos cuatro años entre el presidente Donald Trump y el demócrata Joe Biden.
Casi 100 millones de estadounidenses votaron en forma anticipada y ahora les corresponde a los votantes en el día de las elecciones terminar el trabajo, poniendo fin a una campaña que fue remodelada por la pandemia y definida por las tensiones sobre quién podría abordarla mejor.
Cada candidato declaró al otro fundamentalmente no apto para liderar una nación que lucha contra el COVID-19 y enfrenta cuestiones fundamentales sobre la justicia racial y la equidad económica.
Biden ingresó al día de las elecciones con múltiples caminos hacia la victoria, mientras que Trump, poniéndose al día en varios estados considerados clave, tenía un camino más estrecho, pero aún factible, para obtener los 270 votos necesarios en el Colegio Electoral.
El control del Senado también está en juego: los demócratas necesitaban obtener tres escaños si Biden ganara la Casa Blanca para hacerse con el control de todo Washington por primera vez en una década. Se esperaba que la Cámara de Representantes permanezca bajo control demócrata.
El presidente amenazó con emprender acciones legales para bloquear el recuento de votos recibidos después del día de las elecciones. Si el conteo de las boletas de Pensilvania toma varios días, como está permitido, Trump afirmó sin evidencia que "el engaño puede suceder como nunca antes".
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De hecho, hay aproximadamente 20 estados que permiten que se cuenten las boletas por correo recibidas después del Día de las Elecciones, hasta nueve días o más en algunos estados.
El litigio se ha centrado solo en unos pocos en los que los estados han realizado cambios en gran parte debido al coronavirus.