Estados Unidos y otros 15 países acordaron fortalecer la cooperación internacional y continuar compartiendo información en "canales apropiados" sobre funcionarios corruptos de Venezuela, "sus activos y redes de apoyo", hasta que la nación sudamericana regrese al camino democrático.
El secretario del Tesoro de EE.UU., Steven Mnuchin, informó en un comunicado sobre el resultado de una reunión con representantes de naciones del Hemisferio Occidental, Europa y Japón, para discutir la catástrofe humanitaria y económica en Venezuela, bajo el gobierno de Nicolás Maduro.
Las naciones representadas, también se comprometieron a dar apoyo a un gobierno en Venezuela que justifique el apoyo de la región y esté dispuesto a promulgar políticas económicas para reclamar la prosperidad de Venezuela para su pueblo.
Afirmaron que "las políticas del régimen del presidente Maduro tienen consecuencias que se extienden más allá de las fronteras de Venezuela, amenazando la estabilidad regional y la seguridad nacional", y destacaron que "la destrucción de la economía por parte del régimen de Maduro ha creado una crisis humanitaria en toda regla que está provocando un gran éxodo de ciudadanos venezolanos".
Revisaron los flujos migratorios desde Venezuela hacia los países de destino de todo el mundo, incluida una fuerte aceleración en las salidas, que atribuyeron a los venezolanos que huyen de la falta de seguridad y oportunidades económicas.
Los participantes tomaron nota del llamamiento del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados para ayudar a los países de la región que están absorbiendo migrantes venezolanos, a los que el Vicepresidente Pence anunció una importante contribución de Estados Unidos.
"El presidente Maduro continúa rechazando las ofertas de asistencia humanitaria internacional para abordar la salud y el bienestar de la población cada vez más empobrecida de Venezuela, y su gobierno más bien ha dirigido la disminución de las importaciones de alimentos a una red de distribución administrada por el gobierno", afirmaron los asistentes a la reunión sobre Venezuela. También calificaron ese control del gobierno sobre la distribución de alimentos como "un mecanismo para el control social".
Los asistentes recibieron un informe, basado en inteligencia financiera compartida, sobre las identidades conocidas de personas corruptas que están robando de este programa. Y acordaron que se requieren acciones concretas para restringir la capacidad de los funcionarios venezolanos corruptos y sus redes de apoyo de abusar del sistema financiero internacional.
A los acreedores, privados o públicos, que proporcionan un nuevo financiamiento al régimen de Maduro, las 16 naciones advirtieron que "están prestando a un gobierno que carece de legitimidad para pedir prestado en nombre de Venezuela".
Destacando el declive en la producción petrolera de Venezuela y el incumplimiento por parte de Venezuela de las obligaciones externas, los participantes coincidieron en que la recuperación llevará tiempo y requerirá un apoyo externo significativo.
Los países participantes acordaron permanecer en coordinación, de modo que las herramientas de la comunidad internacional estén preparadas para un rápido despliegue cuando las circunstancias lo justifiquen.
Los países que estuvieron representados en la reunión fueron: Argentina, Brasil, Canadá, Colombia, Francia, Alemania, Guatemala, Italia, Japón, México, Panamá, Paraguay, Perú, España, el Reino Unido y los Estados Unidos.