David Petraeus y el director de Inteligencia Nacional, James Clapper, prestarán testimonio ante los legisladores sobre el ataque al consulado estadounidense en Bengasi el pasado 11 de septiembre.
El director de la CIA, David Petraeus, y el jefe de inteligencia nacional, James Clapper comparecerán la semana entrante a una audiencia en el Congreso para testificar sobre el ataque al consulado estadounidense en la ciudad libia de Bengasi, el pasado 11 de septiembre.
Los comités de Inteligencia del Senado y de la Cámara de Representantes escucharán los testimonios de los dos altos funcionarios en sesiones a puerta cerrada para ventilar los pormenores del ataque, en el que murieron el embajador en Libia, Christopher Stevens, y otros tres diplomáticos estadounidenses.
También testificarán ante el comité senatorial, entre otros, el vicedirector del FBI, Sean Joyce, un experto en contrainteligencia, y el director del Centro Nacional de Contraterrorismo, Matt Olsen.
Desde que ocurrió el ataque, congresistas han estado recibiendo informes sobre el suceso de parte del gobierno del presidente Barack Obama, a quien los republicanos han criticado por considerar que el Departamento de Estado ignoró pedidos para reforzar la seguridad en el consulado.
Legisladores republicanos alegan que el gobierno encubrió la naturaleza del ataque al atribuirlo inicialmente a la cólera de los musulmanes por la difusión de un video contra Mahoma en lugar de admitir que había sido obra de terroristas.
Los comités de Inteligencia del Senado y de la Cámara de Representantes escucharán los testimonios de los dos altos funcionarios en sesiones a puerta cerrada para ventilar los pormenores del ataque, en el que murieron el embajador en Libia, Christopher Stevens, y otros tres diplomáticos estadounidenses.
También testificarán ante el comité senatorial, entre otros, el vicedirector del FBI, Sean Joyce, un experto en contrainteligencia, y el director del Centro Nacional de Contraterrorismo, Matt Olsen.
Desde que ocurrió el ataque, congresistas han estado recibiendo informes sobre el suceso de parte del gobierno del presidente Barack Obama, a quien los republicanos han criticado por considerar que el Departamento de Estado ignoró pedidos para reforzar la seguridad en el consulado.
Legisladores republicanos alegan que el gobierno encubrió la naturaleza del ataque al atribuirlo inicialmente a la cólera de los musulmanes por la difusión de un video contra Mahoma en lugar de admitir que había sido obra de terroristas.