Un informe anual del Departamento de Estado pone de relieve la existencia en ambos países de tráfico humano con fines sexuales o para trabajo esclavo.
Cuba y Venezuela son países en los que florece el tráfico de adultos y niños con fines sexuales o para trabajos forzosos, según el más reciente informe anual del Departamento de Estado sobre Tráfico Humano.
El reporte señala que en Cuba existe la prostitución infantil y un turismo orientado a ésta, e identifica a Venezuela como fuente, tránsito y destino de tráfico sexual y de trabajo esclavo.
El documento destaca denuncias según las cuales el gobierno de la isla practica la coerción laboral entre los miembros de sus misiones en el extranjero, y menciona el caso de unos 30 mil cubanos que trabajan en Venezuela.
Especialmente los médicos cubanos son víctimas de estos abusos, dice, debido a “trabajo forzado que incluye el pago de salarios insuficientes, la obligación de laborar largas jornadas, y amenazas de represalias contra sus familiares (en la isla) si abandonan” las misiones.
De acuerdo con el reporte, el gobierno de Cuba “no cumple totalmente con estándares mínimos” para eliminar el tráfico humano, no hace significativos esfuerzos por lograrlo, ni ha establecido un cuerpo legal prohibiéndolo y que dé protección a las víctimas.
En el caso de Venezuela la situación ha sido similar en los últimos dos años consecutivos, por lo que el país figura en una lista bajo observación del Departamento de Estado.
Las víctimas “son frecuentemente reclutadas por medio de falsas ofertas de trabajo”, dice, y “las mujeres venezolanas son transportadas desde áreas costeras en pequeñas embarcaciones hacia islas del Caribe, particularmente Aruba, Curazao y Trinidad-Tobago”.
Allí, añade, son forzadas a prostituirse, mientras que los “niños venezolanos son obligados a trabajar como sirvientes domésticos dentro del país”.
El reporte señala que en Cuba existe la prostitución infantil y un turismo orientado a ésta, e identifica a Venezuela como fuente, tránsito y destino de tráfico sexual y de trabajo esclavo.
El documento destaca denuncias según las cuales el gobierno de la isla practica la coerción laboral entre los miembros de sus misiones en el extranjero, y menciona el caso de unos 30 mil cubanos que trabajan en Venezuela.
Especialmente los médicos cubanos son víctimas de estos abusos, dice, debido a “trabajo forzado que incluye el pago de salarios insuficientes, la obligación de laborar largas jornadas, y amenazas de represalias contra sus familiares (en la isla) si abandonan” las misiones.
De acuerdo con el reporte, el gobierno de Cuba “no cumple totalmente con estándares mínimos” para eliminar el tráfico humano, no hace significativos esfuerzos por lograrlo, ni ha establecido un cuerpo legal prohibiéndolo y que dé protección a las víctimas.
En el caso de Venezuela la situación ha sido similar en los últimos dos años consecutivos, por lo que el país figura en una lista bajo observación del Departamento de Estado.
Las víctimas “son frecuentemente reclutadas por medio de falsas ofertas de trabajo”, dice, y “las mujeres venezolanas son transportadas desde áreas costeras en pequeñas embarcaciones hacia islas del Caribe, particularmente Aruba, Curazao y Trinidad-Tobago”.
Allí, añade, son forzadas a prostituirse, mientras que los “niños venezolanos son obligados a trabajar como sirvientes domésticos dentro del país”.