El presidente advierte que si las próximas discusiones en el Congreso para fijar un nuevo “techo” a la deuda nacional fracasan sería devastador para la economía del país.
El presidente Barack Obama elogió el compromiso logrado entre la Casa Blanca y el Congreso para evitar el “abismo fiscal” y lo calificó de un paso más en los esfuerzos por reducir el déficit de EE.UU. pero advirtió que cualquier nuevo desacuerdo sobre el techo de la deuda podría devastar la economía del país.
En su primer mensaje semanal a la nación de este año, Obama saludó que el acuerdo presupuestario alcanzado por demócratas y republicanos esta semana permita elevar los impuestos a los estadounidenses más ricos, pero señaló que el gobierno tiene que hacer más para lograr nuevos empleos y hacer posible que el país pague su deuda.
Ante las inminentes discusiones en el Congreso para fijar un nuevo límite de endeudamiento para EE.UU., que a fin de año llegó a su tope establecido por la ley de $16,4 billones de dólares, el presidente ha dejado claro que los legisladores tienen que dar por hecho el pago de lo que se debe como resultado de leyes anteriormente aprobadas por ellos.
“Si el Congreso rehúsa dar a EE.UU. la capacidad de pagar sus facturas a tiempo las consecuencias para toda la economía global podrían ser catastróficas—dijo. La última vez que el Congreso amenazó con actuar de esa manera, toda nuestra economía sufrió”.
En su mensaje Obama reiteró que los legisladores republicanos no deben persistir en su política “arriesgada” cuando a fines de febrero tengan que lidiar con la necesidad de elevar el techo de la deuda nacional y con la pospuesta decisión sobre los recortes presupuestarios.
Obama pidió nuevamente a los congresistas centrarse en los intereses del país, por encima de los partidistas, y subrayó que “los individuos más adinerados y las corporaciones más grandes no deben tener la posibilidad de beneficiarse de resquicios y deducciones (tributarias) que no están al alcance de la mayoría de los estadounidenses”.
En su primer mensaje semanal a la nación de este año, Obama saludó que el acuerdo presupuestario alcanzado por demócratas y republicanos esta semana permita elevar los impuestos a los estadounidenses más ricos, pero señaló que el gobierno tiene que hacer más para lograr nuevos empleos y hacer posible que el país pague su deuda.
Ante las inminentes discusiones en el Congreso para fijar un nuevo límite de endeudamiento para EE.UU., que a fin de año llegó a su tope establecido por la ley de $16,4 billones de dólares, el presidente ha dejado claro que los legisladores tienen que dar por hecho el pago de lo que se debe como resultado de leyes anteriormente aprobadas por ellos.
“Si el Congreso rehúsa dar a EE.UU. la capacidad de pagar sus facturas a tiempo las consecuencias para toda la economía global podrían ser catastróficas—dijo. La última vez que el Congreso amenazó con actuar de esa manera, toda nuestra economía sufrió”.
En su mensaje Obama reiteró que los legisladores republicanos no deben persistir en su política “arriesgada” cuando a fines de febrero tengan que lidiar con la necesidad de elevar el techo de la deuda nacional y con la pospuesta decisión sobre los recortes presupuestarios.
Obama pidió nuevamente a los congresistas centrarse en los intereses del país, por encima de los partidistas, y subrayó que “los individuos más adinerados y las corporaciones más grandes no deben tener la posibilidad de beneficiarse de resquicios y deducciones (tributarias) que no están al alcance de la mayoría de los estadounidenses”.