Idea de Obama de establecer un acuerdo de libre comercio trasatlántico es recibida con beneplácito por Europa.
La propuesta formulada por el presidente Barack Obama en su discurso sobre el Estado de la Unión de forjar un pacto de libre comercio trasatlántico con los países europeos ha sido recibida de buen grado por líderes en el viejo continente.
La idea de Obama abriría un nuevo capítulo en las relaciones de EE.UU. y la Unión Europea (UE), aunque demoraría años poder implementarla. Existe la intención de que las conversaciones den inicio formalmente en junio.
“Esta noche estoy anunciando que emprenderemos conversaciones sobre un amplio acuerdo comercial y de inversiones con la Unión Europea porque los intercambios libres y justos a través del Atlántico dan sustento a millones de buenos salarios para los estadounidenses”, dijo la víspera el presidente de EE.UU.
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, dijo este miércoles en Bruselas que el acuerdo tiene potencial para generar decenas de miles de empleos a un lado y otro del Atlántico.
“Un futuro acuerdo entre las dos potencias económicas más importantes del mundo cambiará las reglas del juego. Juntos, formaremos la mayor zona de libre comercio del planeta”, señaló.
El negociador comercial europeo Karel de Gucht aspira a que pueda concretarse un tratado en los próximos dos años. Primero habrá que reducir las tarifas, luego tratar de alinear los sistemas de regulación en torno a la seguridad común y los productos estándares.
“Si podemos hacerlo junto con Estados Unidos, las posibilidades son buenas para que se conviertan en estándares globales”, dijo de Gucht.
El proyecto ha sido muy bien acogido por varios legisladores en el Congreso en Washington y por la comunidad internacional de empresarios.
De acuerdo con Fred Irwin, de la Cámara de Comercio Estadounidense en Alemania, funcionarios europeos han deseado ese pacto de libre comercio desde hace 30 años.
Sin embargo, aún persisten dudas entre algunos legisladores estadounidenses, y este miércoles dos senadores de alto rango en el comité que supervisa el comercio indicaron que cualquier acuerdo tendría que garantizar a los agricultores de EE.UU. acceso a los mercados europeos.
Los granjeros europeos han influido tradicionalmente para mantener fuertes restricciones comerciales sobre los productos agrícolas. Y también habría que limar los desacuerdos que existen entre las dos partes respecto a los estándares de medio ambiente y a los alimentos modificados genéticamente.
Tardó más de seis años que EE.UU. concluyera un acuerdo de libre comercio con Corea del Sur, y cuatro para completar el suscrito con México y Canadá. Pero funcionarios estadounidense dicen ser optimistas de que exista la voluntad política en Washington para hacerlo realidad.
La idea de Obama abriría un nuevo capítulo en las relaciones de EE.UU. y la Unión Europea (UE), aunque demoraría años poder implementarla. Existe la intención de que las conversaciones den inicio formalmente en junio.
“Esta noche estoy anunciando que emprenderemos conversaciones sobre un amplio acuerdo comercial y de inversiones con la Unión Europea porque los intercambios libres y justos a través del Atlántico dan sustento a millones de buenos salarios para los estadounidenses”, dijo la víspera el presidente de EE.UU.
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, dijo este miércoles en Bruselas que el acuerdo tiene potencial para generar decenas de miles de empleos a un lado y otro del Atlántico.
“Un futuro acuerdo entre las dos potencias económicas más importantes del mundo cambiará las reglas del juego. Juntos, formaremos la mayor zona de libre comercio del planeta”, señaló.
El negociador comercial europeo Karel de Gucht aspira a que pueda concretarse un tratado en los próximos dos años. Primero habrá que reducir las tarifas, luego tratar de alinear los sistemas de regulación en torno a la seguridad común y los productos estándares.
“Si podemos hacerlo junto con Estados Unidos, las posibilidades son buenas para que se conviertan en estándares globales”, dijo de Gucht.
El proyecto ha sido muy bien acogido por varios legisladores en el Congreso en Washington y por la comunidad internacional de empresarios.
De acuerdo con Fred Irwin, de la Cámara de Comercio Estadounidense en Alemania, funcionarios europeos han deseado ese pacto de libre comercio desde hace 30 años.
Sin embargo, aún persisten dudas entre algunos legisladores estadounidenses, y este miércoles dos senadores de alto rango en el comité que supervisa el comercio indicaron que cualquier acuerdo tendría que garantizar a los agricultores de EE.UU. acceso a los mercados europeos.
Los granjeros europeos han influido tradicionalmente para mantener fuertes restricciones comerciales sobre los productos agrícolas. Y también habría que limar los desacuerdos que existen entre las dos partes respecto a los estándares de medio ambiente y a los alimentos modificados genéticamente.
Tardó más de seis años que EE.UU. concluyera un acuerdo de libre comercio con Corea del Sur, y cuatro para completar el suscrito con México y Canadá. Pero funcionarios estadounidense dicen ser optimistas de que exista la voluntad política en Washington para hacerlo realidad.