Según el jefe de la delegación estadounidense ante la Agencia Internacional de Energía Atómica, Teherán desafía a los países que buscan investigar más a fondo su programa nuclear.
Un alto funcionario estadounidense culpó este miércoles a Irán de “engaño, desafío y demora” frente a los crecientes temores de la comunidad internacional relacionados con su programa de desarrollo nuclear.
Joseph Macmanus, jefe de la delegación de EE.UU. en la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) declaró en Viena que su país podría buscar que haya en los próximos meses mayores presiones diplomáticas contra Teherán.
El embajador se levantó y se fue este miércoles de una reunión a puertas cerradas de la AIEA cuando según fuentes diplomáticas el representante iraní ante el organismo de la ONU acusó de “genocidio” a EE.UU. y a Israel.
De acuerdo con las fuentes, citadas por Reuters, los representantes de Canadá y Austrralia también abandonaron momentáneamente la reunión cuando ocurrió el hecho, durante un debate sobre Siria.
Aunque Macmanus no dio detalles de cuáles serían las nuevas presiones de Washington, sus declaraciones reflejan la gran frustración de EE.UU. ante al continuado programa iraní de enriquecimiento de uranio.
A pesar de que la AIEA sospecha que los iraníes utilizan sus instalaciones nucleares en Parcin para desarrollar un arma atómica, los resultados de los esfuerzos de Naciones Unidas por impedirlo se han visto estancados.
El gobierno iraní ha negado que sus aspiraciones nucleares tengan un fin militar, sin embargo ocultó durante años su programa de enriquecimiento de uranio, lo que ha hecho crecer aún más las sospechas.
Los recelos de la AIEA se han basado mayormente en reportes de inteligencia de EE.UU., Israel y naciones de Europa occidental, pero también en informes de sus inspectores.
De acuerdo con Irán, esos informes son falsos y rehúsa permitir a la AIEA reanudar una investigación hasta que no se llegue a un acuerdo sobre cómo se procedería, lo que varios países han calificado de táctica dilatoria.
Joseph Macmanus, jefe de la delegación de EE.UU. en la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) declaró en Viena que su país podría buscar que haya en los próximos meses mayores presiones diplomáticas contra Teherán.
El embajador se levantó y se fue este miércoles de una reunión a puertas cerradas de la AIEA cuando según fuentes diplomáticas el representante iraní ante el organismo de la ONU acusó de “genocidio” a EE.UU. y a Israel.
De acuerdo con las fuentes, citadas por Reuters, los representantes de Canadá y Austrralia también abandonaron momentáneamente la reunión cuando ocurrió el hecho, durante un debate sobre Siria.
Aunque Macmanus no dio detalles de cuáles serían las nuevas presiones de Washington, sus declaraciones reflejan la gran frustración de EE.UU. ante al continuado programa iraní de enriquecimiento de uranio.
A pesar de que la AIEA sospecha que los iraníes utilizan sus instalaciones nucleares en Parcin para desarrollar un arma atómica, los resultados de los esfuerzos de Naciones Unidas por impedirlo se han visto estancados.
El gobierno iraní ha negado que sus aspiraciones nucleares tengan un fin militar, sin embargo ocultó durante años su programa de enriquecimiento de uranio, lo que ha hecho crecer aún más las sospechas.
Los recelos de la AIEA se han basado mayormente en reportes de inteligencia de EE.UU., Israel y naciones de Europa occidental, pero también en informes de sus inspectores.
De acuerdo con Irán, esos informes son falsos y rehúsa permitir a la AIEA reanudar una investigación hasta que no se llegue a un acuerdo sobre cómo se procedería, lo que varios países han calificado de táctica dilatoria.