El vicejefe de la misión diplomática estadounidense en Libia cuando el ataque al consulado testifica ante el Congreso y dice que su pedido de asistencia militar fue desoído.
El vicejefe de la embajada de EE.UU. en Libia cuando el ataque el año pasado al consulado en Bengasi pidió ayuda militar pero se le dijo entonces que la base aérea más cercana estaba en Italia, muy lejos para acudir en auxilio.
Gregory Hicks declaró en una audiencia en el Congreso este miércoles que mantuvo repetidos contactos con funcionarios en Washington, incluida la entonces secretaria de Estado Hillary Clinton, durante el ataque del 11 de septiembre al consulado.
Llegado un punto Hicks dijo haber preguntado a un funcionario militar si recibirían ayuda para repeler el asalto a la legación, pero la respuesta fue que la base en Italia estaba a dos tres horas de vuelo y que no había aeronaves para reabastecer a los aviones de combustible.
Otros funcionarios del Pentágono declararon en su momento a investigadores que hubiese demorado mucho más tiempo.
Sólo días después del ataque, Hicks declaró haberse quedado “estupefacto” y “avergonzado” al oír a la embajadora estadounidense ante Naciones Unidas, Susan Rice, decir ante las cámaras de televisión que el ataque se derivó de protestas debido a un video contra el Islam.
Al inicio de la audiencia este miércoles, el presidente del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes, el republicano Darrell Issa, dijo que funcionarios importantes de la administración Obama han declinado responder a preguntas de ese comité sobre el ataque.
Refiriéndose a la audiencia, el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, dijo que el gobierno ha dado muestras de gran cooperación con los comités legislativos y los investigadores del incidente, pero que sigue habiendo intentos de politizar el asunto.
“El presidente ha estado comprometido desde el primer día en esclarecer los hechos, a llevar ante la justicia a los responsables y asegurarse de que demos todos los pasos que puedan proteger a nuestros diplomáticos en el futuro, y garantizar que este tipo de sucesos no ocurren otra vez”, señaló.
Gregory Hicks declaró en una audiencia en el Congreso este miércoles que mantuvo repetidos contactos con funcionarios en Washington, incluida la entonces secretaria de Estado Hillary Clinton, durante el ataque del 11 de septiembre al consulado.
Llegado un punto Hicks dijo haber preguntado a un funcionario militar si recibirían ayuda para repeler el asalto a la legación, pero la respuesta fue que la base en Italia estaba a dos tres horas de vuelo y que no había aeronaves para reabastecer a los aviones de combustible.
Otros funcionarios del Pentágono declararon en su momento a investigadores que hubiese demorado mucho más tiempo.
Sólo días después del ataque, Hicks declaró haberse quedado “estupefacto” y “avergonzado” al oír a la embajadora estadounidense ante Naciones Unidas, Susan Rice, decir ante las cámaras de televisión que el ataque se derivó de protestas debido a un video contra el Islam.
Al inicio de la audiencia este miércoles, el presidente del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes, el republicano Darrell Issa, dijo que funcionarios importantes de la administración Obama han declinado responder a preguntas de ese comité sobre el ataque.
Refiriéndose a la audiencia, el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, dijo que el gobierno ha dado muestras de gran cooperación con los comités legislativos y los investigadores del incidente, pero que sigue habiendo intentos de politizar el asunto.
“El presidente ha estado comprometido desde el primer día en esclarecer los hechos, a llevar ante la justicia a los responsables y asegurarse de que demos todos los pasos que puedan proteger a nuestros diplomáticos en el futuro, y garantizar que este tipo de sucesos no ocurren otra vez”, señaló.